Extra II

84 18 1
                                    

 Kanao apretó con fuerza la toalla que tenía sus hombros, con la que se secó la cara luego de lavarla.

«Cada vez me siento más inútil» pensó, notando que en su propia casa todo ya estaba hecho.

El Kamado madrugaba un poco más que ella para trabajar, por lo que creyó ella que tendría tiempo para demostrarle que era una buena ama de casa, mientras él se iba a trabajar.

Sin embargo, llevaban ya tres días juntos y todos los días encontraba su casa como un hotel: Limpia, ordeada y hasta con desayuno hecho.

No le había dicho nada hasta ahora, pero empezaba a molestarle. Ella quería serle útil.

«¿Y por qué hace desayuno? Debería despertarme antes» lamentó.

Habiendo conocido las habilidades culinarias del Kamado, veía algo preocupante que cocinara para ambos. No cocinaba mal, sobra decir, pero ella podría encargarse de todo eso. Todo.

Gracias a que sus padres pagaban el alquiler, ella no trabajaba y se enfocaba únicamente en estudiar. Sus clases iniciaban a las 8:00 de la mañana e iban hasta las 4:00 de la tarde, un horario por el que se decidió por estudiar en esa universidad.

Es decir, ella era una estudiante universitaria que podía enfocarse en trabajos del hogar. Tanjiro no tenía esa ventaja, él trabajaba para mantenerse y apoyar a su hermana Nezuko, no tenía más familia y eso también la llevó a pedirle que se mudara con ella.

Pero nada estaba yendo bien ahora.

«Sí o sí debo hablar con él» concluyó.

Luego de tomar el desayuno hecho por el pelirrojo, ella estudió un rato y cuando ya no se aguantó más, entró en la habitación de su ahora compañero de casa y pasó directamente hasta la cama, sitio en donde se tendió, mirando hacia el techo.

Su sueño se iba cumpliendo cada vez más, el poder estar cerca suyo y convivir siempre con él.

El problema es que eran amigos, aún. ¿Qué podría ella hacer para cambiar eso?

...

......

«Kanao perversa» pensó, tapándose la cara con vergüenza.

Por su cabeza pasaron partes explícitas de algunos dramas que se había visto, otros que sus compañeras habían hablado y miró por simple curiosidad.

Tenía alguna idea, pero no es que pudiera... es decir, meterse en...

«Cállate, cállate, cállate» negó reiteradas veces.

[ • • • ]

Tanjiro miró con curiosidad una tarjeta que había sobre la mesa del comedor. 

Era un mapa dibujado a mano, reconocía especialmente la letra de Kanao en los nombres de los sitios.

El sitio que se marcaba estaba cerca, pero había un puzzle debajo del mapa que le dejaba en claro que debería buscar algo.

Era un mensaje en código, pero la mitad de las letras no estaba puesta. Sin embargo, le fue fácil descifrarlo sin salir de su casa por la otra parte del código.

Salió al balcón y debajo de la silla que había allí, encontró otra tarjeta.

«Fácil» pensó, luego frunció el ceño.

La tarjeta solo tenía una parte de cierta figura, lo que significaba que en el sitio del mapa estaría otra parte más ¿y quizás Kanao tenía la última?

Suspiró y salió. Luego de bajar por el ascensor hasta el primer piso, caminó hasta una tienda que había junto al conjunto de apartamentos y revisó varios sitios, buscando la otra parte de la tarjeta. Tardó, pero la halló debajo del la cama del gato de la dueña de la tienda, que estaba junto al mostrador.

Comparó ambas tarjetas y supuso qué figura era. Se dio la vuelta y volvió al apartamento, teniendo ahora como pista una silla, una ventana y un sol, impresos debajo de la figura en la tarjeta. El código decía "sentada viendo el atardecer".

Tomó nuevamente el ascensor y marcó el piso cuatro. Cuando se abrió la puerta, vio una cara enojada.

—Tramposo. Deberías ir abajo primero.

Luego del regaño, le extendió la última tarjeta.

Sacó las otras dos y luego de juntarlas, notó el corazón que se formaba al juntarlas.

—Gané.

—Hiciste trampa.

Él rio y luego le dio un abrazo. Ella no correspondió de inmediato, pero luego de suspirar le devolvió el abrazo.

—Estuvo divertido, aunque estoy algo cansado.

Kanao intentó alejarse de inmediato, pero él rio más fuerte y apretó su abrazo.

—Perdón, perdón ¿cómo se supone que terminaba?

—Quería asustarte.

Él solo pudo reir más fuerte, bajo la mala mirada de su compañera y amiga.

Esa noche comieron pizza, ya que al parecer el hacer las tarjetas y todo el juego le había llevado más tiempo del que Kanao creyó inicialmente.

Sentado en el suelo frente al televisor, Tanjiro miró la espalda de la joven que limpiaba los vasos usados para tomar el té frío que habían bebido.

Su corazón latía con previsión a la acción tonta que iba a hacer, pero que tendría mucho resultado en su relación. Tomó aire y cuando la vio caminar hacia donde él estaba, notando que quería sentarse en una de las sillas del comedor que estaban al lado izquierdo suyo, algo lejos, él abrió sus brazos y le sonrió.

Por dentro se moría de la vergüenza, pero quería probarlo.

Ella detuvo sus pasos y pareció pensar, entonces caminó hacia él y se sentó muy cerca suyo, a su lado. Cuando sintió que se recostaba contra él, la abrazó.

Por dentro ambos estaban que morían.

Morían de amor.

Y allí, sentados juntos en la intimidad de su hogar compartido, empezaron a sentir que esos sentimientos algo extremistas que tenían por el otro, eran mutuos.

Y esos dos tontos enamorados se enamoraron aún más.

[FIN: EXTRA II]

Si dos tontos se enamoran - TanjiKanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora