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Estaba sentada en mi cama con las piernas cruzadas, mientras tecleaba sin parar en mi laptop el reporte de lectura de la película que la maestra de Historia mundial nos había dejado de tarea. 

-¿No vas a ir a la fiesta? -me pregunta mi papá mientras entra a mi recamara 

-No 

-¿Por qué?

-No me gustan las fiestas 

-Antes te encantaban 

-Tú lo has dicho 

-¿Qué haces?

-Tarea 

-¿De qué?

-Historia 

-¿Tienes planes?

-No

-¿Quieres que hagamos algo juntos?

-Seguramente tendrás cosas más importantes que hacer, que estar con tu hija 

-Scarlett...

Pero su celular lo interrumpe mientras suena por toda la habitación. Mira la pantalla y después a mi.

-No te preocupes, puedes atender sin problemas, hemos terminado nuestra conversación 

-Bien 

Sale de la habitación y escucho como saluda de manera alegre a quien sea que este del otro lado del teléfono. 

-YA ME VOY -grita Edelina mientras pasa de largo 

-CON CUIDADO -le grito 

Dos horas después estaba en la cocina preparándome un sándwich de nutella y un vaso de leche. 

-Scarlett...

-¿Sí?

-Me salió un improvisto con unos hombres con lo que estamos haciendo unos negocios... no quiero dejarte sola

-Estaré bien 

-Mejor acompáñame

-No quiero ir 

-No voy a correr el riesgo -me mira -Ya no confió en ti 

Asiento con la cabeza y subo a mi habitación para cambiarme. 

-Vístete formal por favor 

 -Sí papá 

Me pongo un pantalón negro entubado de vestir, una camisa blanca de botones y mis tacones. Recojo mi cabello en una coleta y una vez lista ambos nos dirigimos al auto. 

Luego de 20 minutos estamos entrando a un restaurante de comida china. Donde un mesero muy amable nos lleva hasta la mesa con otros ocho hombres de trajes oscuros y cabellos peinados hacía atrás con una gran plasta de gel. 

-Buenas noches caballeros, ella es mi hija Scarlett

-Buenas noches -les digo educadamente, aunque sin ninguna emoción en particular 

Tomamos asiento y unos meseros comienzan a llenar todo el centro de la mesa con muchísimos tipos de sushi. Nos reparten un plato a cada uno, una bebida y un par de palillos. 

-Bueno Gil -dice uno de los hombres regordete que no tenía prácticamente cuello -¿Has pensado en la proposición?

-Claro que si y considero que estaríamos muy beneficiados en invertir, pude hacer unos pronósticos con los números  y se ven ganancias 

-¿Estás seguro? -dice un hombre canoso -La última vez dijiste lo mismo 

-No salimos con las ganancias que se habían propuesto pero no tuvimos perdidas, así que no se de que te quejas si tú no pudiste hacer la simple evaluación del mercado 

Vida y MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora