"56"

201 20 2
                                    

Llevaba exactamente tres días sentada en la sala de espera, apenas y probaba alimento. El señor Samay y la señora Enia se turnaban para cuidar de sus otros hijos que se quedaban en casa. 

Lani no mejoraba ni empeoraba, simplemente seguía en esa cuerda floja que nos tenía a todos muertos de la angustia. 

Nadie me iba a mover de ese lugar. No podía irme sin que me permitieran verla. No podía dejarla ir, era demasiado doloroso para mí estar lejos de ella. 

Mi papá llega al hospital temprano como todos los días, me entrega un café y un sándwich. Pero solo me dedico a beber el café con mis manos temblorosas. 

-¿Hay novedades? -pregunta mi padre

Niego con la cabeza.

Se sienta a mi lado, pero recibe una llamada, al ver la pantalla no duda ni un segundo en salir a contestar fuera del hospital, era su jefe. 

El doctor que suele mantenernos al tanto de la situación de Lani sale y al ubicarnos en el mismo lugar desde hace tres días, se dirige hacía nosotros. 

-Hemos hecho una operación para poner un marcapasos que ayude al corazón de Lani a latir, ella está respondiendo, pero su corazón cada vez es más débil ¿Tiene noticias de la lista de espera de la donación de órganos?

-Está en el lugar 54 -dice el señor Samay 

-Trataremos de mantener su corazón funcionando lo más que podamos, pero el trasplante de órgano tiene que ser antes de que sea demasiado tarde 

-Gracias doctor 

-Seguiré trayendo información de su estado en cuanto tenga datos nuevos 

El señor Samay va a sentarse y comienza a llorar. 

Camino hasta donde está la enfermera de cabecera de Lani. Ella al reconocerme me sonríe con lastima. 

-Necesito que me haga las pruebas de histocompatibilidad para saber si soy compatible con ella 

-No, eso va en contra de las reglas... 

Saco un cheque y pongo una buena cantidad sobre este y se lo tiendo. 

-No es correcto 

Agrego otro maldito cero y ella lo mira con tentación. 

-Solo necesito las pruebas, para saber si somos compatibles, no le estoy pidiendo más, además este cheque puede ir a cobrarlo terminando con su turno

-Cariño...

-¿Lo aceptas o no? -la miro con dureza 

Toma el cheque y suspira.

-Veme dentro de dos horas 

-Bien 

Regreso a los asientos de espera, cuando veo a mi padre regresando. 

-En una hora tengo una reunión importante, ¿Estarás bien?

Asiento con la cabeza y se sienta a mi lado. Sujetando con firmeza mi mano. 

Las horas pasan, mi papá ya se había ido y yo estaba por hacerlo. 

-Tengo que hacer unas cosas -le digo al señor Samay -¿Podría llamarme en cuanto sepa algo?

-Serás la primera en saberlo 

-¿Puedo confiar en su palabra? 

-Puedes confiar 

Me doy media vuelta y voy a buscar a esa enfermera. 



Después de varias horas llegué a mi casa, todas las pruebas fueron realizadas y mañana mismo tendría los resultados. 

No iba a perder a Lani y yo era capaz de regalarle mi corazón para que ella siguiera viviendo. 

No soportaba la idea de perderla, no puedo vivir con eso, se que soy débil y en cualquier momento puedo quebrantarme. 

Y se que será difícil sacarme de la cabeza hacer el trasplante si somos compatibles, pero tengo todo planeado y solo espero que Lani pueda resistir un poco más. 

Subo a mi habitación sin fuerzas. 

Me siento sobre mi cama y paso con frustración mis manos por mi cabello. 

<< ¿Y si no soy compatible con ella? >>

<< ¿Y si muere porque su corazoncito no aguanta más? >>

<< ¿Y si me deja sola? >>

<< ¿Y si no puedo despedirme de ella? >>

Comienzo a llorar nuevamente, voy hasta el baño y abro la regadera sin molestarme en quitarme la ropa. 

Estaba muriendo en vida. 

Lani, la luz de mis días, estaba postrada en una cama, con su vida dependiendo de un hilo y yo no podía hacer nada por salvarla. 

Cada vez el vacío en mi pecho se hacía más grande y con más fuerza me arrastraban hacía la oscuridad. 

Estaba aterrada, solo quería tenerla entre mis brazos y llenarla de besos. Abrazarla y nunca soltarla. 

Quería que cantáramos nuestras canciones una y otra vez. 

Quería que tuviera todo, quería tratarla como a toda una reina. 

Quería que viajáramos juntas, quería llenarla de felicidad y ver esa sonrisa que tanto me gusta. 

Sentía como me iba derrumbando poco a poco con el paso del tiempo, Lani era fuerte, pero ¿Era lo suficiente para soportar hasta que encontraramos un donador?

Repaso mentalmente su lista de cosas por hacer antes de morir y sé que aún faltan varias cosas, en varias he estado trabajando, pero lo que pasa es que parece que no hay tiempo.

<< Ya no hay tiempo >>

Caigo sobre el piso sobre mis rodillas y comienzo a llorar desgarradoramente. Nunca había soltado un llanto tan desgarrador y lleno de dolor. Jamás me había sentido así. 

Ni siquiera cuando abusaron de mí en aquel callejón. 

Gimo de dolor y de agonía mientras el agua de la regadera se encarga de mojarme y de mezclarse con las lágrimas que brotan bruscamente de mis ojos, como dos torrentes de agua incontrolables. 

Siento unos brazos envolviéndome, mientras se sientan conmigo. 

Veo a mi padre con su traje, sentado a mi lado abrazándome con fuerza, sin importarle que la regadera nos esté empapando la ropa.  

-Me va a dejar papá... -digo en medio del llanto desgarrador, que se encarga de partir mi alma en miles de pedazos 

-Tranquila cariño -susurra mi papá con lágrimas en los ojos 

-Va a dejarme... me voy a quedar sola... otra vez... 

-No estás sola

Lloro más fuerte aferrándome a su saco. 

-Tengo miedo... me va a dejar papá... me va a dejar... 

Mi papá me sujeta con más fuerza mientras que yo me derrumbo cada vez más. No siento fuerza, me siento débil, impotente e insignificante. 

-¿Por qué tiene que morir? -susurro -¿Por qué no puedo ser yo quien este muriendo?

Mi papá comienza a llorar conmigo. 

-Ella no lo merece... ella es buena, amable, inteligente, generosa... ella desea vivir papá, no es justo...

-No, no es justo cariño -susurra -Pero tampoco sería justo que tu murieras 

-Si pudiera darle mi vida lo haría...

Mi papá y yo permanecemos un buen tiempo ahí debajo de la regadera. Con mi alma en pedazos, mis esperanzas casi muertas y mi necesidad por tener a Lani a mi lado en aumento. 

Vida y MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora