Autoanálisis 2

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Entrada de diario numero 2

Hoy fue una mañana extraña.

Es el primer día en el que me debía encargar del que Will, el extrañamente educado cachorro de Gems. Logré de forma efectiva preparar los sanduches de mantequilla de maní y solo una embarradita de jalea fresca de mora, los partí meticulosamente en dos triángulos. Logre hacer que el cachorro cepillara sus dientes tres veces para que quedaran lo suficientemente limpios y llegamos a tiempo al jardín de infantes de nuestro sector.

Es decir, todo suena como una mañana exitosa. ¿Dónde está lo extraño del asunto?

Pues todo empezó en el momento en que  un gruñido se fue formando en mi pecho cuando recordé la arruga en la esquina izquierda de mi cama, la cual claramente no arreglé. Luego fue en creciendo en el momento que caminando hacia la escuelita Will, en medio de su juego de no pisar las líneas, tropezó y su pequeño pie ensucio la punta de mi bota derecha. No me gustan las manchas en mis botas, hacen que mis manos tiemblen.

Lo ultimo que la hizo inclusive aún más extraña fue que conocí a alguien. Bueno, no conocí en el sentido literal de las palabras, pero si le vi.

Fue al instante de llegar al jardín... Mientras me aseguraba de que la ropa de Will no tuviera una arruga y su cabello volviera a su lugar después de la batalla contra el viento. Permití que el soltara mi mano, dejara un beso con sabor a fresa en mi mejilla izquierda y corriera al encuentro de otro cachorro que le esperaba en la entrada.

Fue allí cuando vi/ escuche a este tipo de persona que no esperas ver sino únicamente en las fantasías de tu mente ¿sabes de que hablo? Bueno igual no sabes porque esto es solo parte de mi diario, que es papel, no es como si el papel pensara. Ya estoy divagando.

Decía: que este extraño personaje de mi narrativa de alfa perturbado ha hecho la aparición mas impactante de mi historia.

Su risa fue la que se incrustó en mi mente, porque claramente necesito gafas y no logre observar sus facciones faciales al detalle.
Pero su risa, esa risa, fue algo que nunca había escuchado. Era suave, delgada y si tuviera color seguramente sería el de una margarita blanca. Así de pura se sentía.

El gruñido que crecía en el fondo de mi pecho y estaba atorado en mi garganta... desapareció.

Una risa de un personaje incognito había atenuado mi ansiedad.

Eso es lo extraño,

Nunca había pasado.

¿Es esto el conteo final de mi cerebro en su caminata a la locura?

Si es así, quiero que esa risa sea parte del camino.


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Hey ! estoy viva. Si sigues esta lectura.

Gracias c:

A Second Chance [L.S] OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora