A Second Chance [L.S] Omegaverse

Como si fuera mitológico

20 años atrás.

Un suave alfa de quince años rondaba la zona de lácteos y cárnicos por alrededor de dos horas. Fingía que los estantes necesitaban limpieza, etiquetar precios o verificar la fecha de expedición de los productos allí expuestos. Pero lo que realmente hacía aquel adolescente bajito y de mejillas dulces era admirar a Tom.

Admirar a Tom: mientras este le sonreía a las y los omegas que se acercaban a ordenar las piezas que llevarían ese día a sus hogares. Admirar a Tom: mientras este reía y un flequillo rebelde se posicionaba entre sus dos cejas y el chico volvía a acomodarlo rápidamente. Admirar a Tom: mientras el Alfa tarareaba con voz sedosa la canción de fondo del supermercado. El único momento en el que Harry desviaba su mirada era cuando jovencitas omegas de aromas aburridamente frutales se acercaban a conversar con su Tom.

Un joven con las hormonas recién acoplándose a su cuerpo como lo era Harry solo quería ver los brazos, el oscuro cabello, que ese día lucía como de otro mundo porque el hombre de sus sueños tenía esa manía de usar mucho gel, y la sonrisa de Tom, claramente.

Harry lograría evadir los regaños de su padre y continuaría observándole.

Era inevitable para el joven alfa no sentirse atraído por el aroma de desprendía el pelinegro. Ese día, Harry tomó la decisión de aproximarse dos pasos más. Se había robado un brillo con sabor a menta del tocador de su hermana y sus mejillas estaban rosas gracias al rubor que tomo a escondidas de su madre, tenía sus rulos pulcramente definidos y su ropa variaba entre la verde menta de su suave camisa y el negro del resto de su vestimenta, lo único que la opacaba era el delantal azul oscuro que le obligan a usar en el trabajo.

Si le veías de lejos lograba aparentar con éxito ser un omega. El dulce chico se sentía con suerte aquel día.

Dio un paso,

Luego otro,

Y otro (que no estaba en su plan A, pero se sintió valiente). Hasta que llegó a una distancia donde Tom podría verle.

- ¡Hey, Harry! ¿Cómo estás? – ¡Bien! el más pequeño celebró en su mente ya había logrado iniciar el primer paso; hacer que Tom notara su presencia.

-Bien- unió las dos palmas de sus manos, las cuales comenzaban a notarse brillosas por el sudor - ¿Tú también, mmm, estas, mmm, bien? - nota mental: practicar sus conversaciones en casa.

-Lo mejor que se puede estar mientras desperdicio las vacaciones trabajando - el chico mayor le brindó una sonrisa. - El señor Ferguson me permitió usar hoy la trituradora de carne y es simplemente genial- Tom habló mientras se quitaba su ahora muy manchado de algo rojo delantal. Harry solo logró  asentir con la cabeza a modo de que si le estaba escuchando - Tengo un descanso. ¿Me acompañas afuera? – El mayor volvió su vista al nervioso adolescente.

- ¡SI!. ....Yo también estoy fuera de turno,mmm, me vendrá bien algo de aire- ¿Acaso su cara estaba más caliente de lo usual? ¿Cómo debería seguir comportándose? dentro de su esquema mental estaba llegar con éxito al paso dos, preguntar cómo estaba, y luego intercambiar una frase extra y huir.

 No esperaba estar encaminándose hacia la zona trasera del supermercado y sentarse en el asfalto al lado del alfa que le roba el aliento todos los días.

Había un envoltorio de un burrito abandonado en una esquina y un vaso térmico para café; usado ahora como cenicero por los empleados que salen a fumar un poco durante los recesos. En la lejanía era perceptible el murmullo de los autos y el flash de las cámaras de los turistas. El sol se encontraba escondido tras las nubes, pero para nuestro dulce alfa los colores se sentían más vivos que nunca. Hasta llego a percibir que un árbol ya faltante de hojas le saludaba y enviaba ánimos para que lograra entablar una conversación con Tomas. No era el clima perfecto, ni el espacio más romántico, pero Harry percibía que nada podría llegar a ser mejor. Se encontraba sentado al lado de la persona correcta, podía disfrutar la esporádica fricción de sus brazos cada vez que Tom subía y bajaba su mano mientras fumaba. También estaba realmente amando la protección que el aroma lluvioso y dominante que mayor le regalaba a su olfato. El alfa de Harry esta aburrido y durmiente pero su lado racional estaba activo y deseaba acercase aún más al cuerpo cálido del hombre sentado a su lado.