El después.

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Yoongi miraba su traje metalizado mezclado con tonos negros y azules, era ajustado donde debía y destacaba donde debía, era simple sin mucho detalles aunque con brillo por su efecto, la camisa era negra al igual que la corbata que colgaba sin atar sobre sus hombros, analizó cada detalle del traje y suspiró satisfecho, hasta que escuchó los pasos característicos de su madre, aquellos resonantes y potentes tacones de aguja sonando contra la cerámica, la puerta sonó y la señora elegantemente vestida apareció tras ella, un vestido rojo y zapatos negros, el vestido no muy ajustado y con vuelos en la cola, no era extravagante ni muy lujoso, pero tampoco demasiado sencillo, un perfecto equilibrio para la situación, la mujer miró con una sonrisa amable a su hijo y se acercó a este por detrás acariciando los hombros del mismo.

—Me sorprende que aún no sepas colocarte la corbata, tantos años en traje, pero no importa mi bebé, tu futura esposa lo hará por ti siempre.—Exclamó alegremente la señora mirando el rostro serio de su hijo en el reflejo frente a ellos.—Espero la próxima boda sea la tuya.

Yoongi contuvo la respiración tragando sus palabras viendo cómo la que era su madre lo daba vuelta y arreglaba su camisa y amarraba su corbata como siempre lo hacía, la señora había estado empeñada en insistirle con el tema de una boda desde que Seokjin salió con el gran anuncio de su boda con MinJi, ambos eran amigos de la familia y de la universidad, mucho años de amistad ya casi rodeaban los 35 años, para sus padres era esencial que se casaran pronto, y aquello llegó, la cuenta regresiva que tanto habían querido aplazar se acabó, tras acomodar su corbata y sonreírle dejando un beso en su mejilla acompañado de un "¡Te ves muy guapo!" De su madre, se retiró, las lágrimas querían, la impotencia se veía en sus puños rojos y lo lastimado que estaban sus labios, pero no lloraría, no lo haría.

—Maldita sea.—Susurro molesto el pálido golpeando el piso con el zapato y tapando su boca esperando no quebrarse ahí mismo.

No era la vida que querían, pero ya no había nada que hacer, habían intentado de todo con tal de evitar esto que sucedía y el temor finalmente terminó por invadirlo, por qué lo sabía, su madre pronto encontraría una chica igual a MinJi, perfecta en todos los sentidos y se tendría que casar.

Se relajó un poco y se volvió a mirar al espejo tranquilizándose, acomodó su ropa por última vez y suspiró como si ese soplido se llevara todas esas emociones, agarro el anillo plateado sobre la mesa a su lado y lo colocó en su anular.

—¡Yoongi, vámonos, ya es tarde!

El pálido bajó tranquilamente hasta la entrada donde su madre lo esperaba junto a su padre, ambos elegantes con sus perfumes ostentosos, los tres caminaron hasta el auto que los venía a recoger, una camioneta negra, la primera en subir fue su madre seguido de su padre y finalmente Yoongi.

Al llegar a la boda todo era como una foto de revista, muchas flores y adornos costosos, la Iglesia parecía la entrega de un premio importante, lleno de fotógrafos y la gran alfombra hacia el interior donde los recibían los guardias, todo de película, pero así eran sus vidas, sus padres fueron los primeros en salir con una gran sonrisa y tomados del brazo caminando y saludando elegantemente como siempre lo habían hecho, en cambio Yoongi salió seriamente y camino a paso calmado ignorando todo a su alrededor hasta la entrada, no le gustaba ser parte de ese circo y nunca lo sería.

La ceremonia había sido realmente tranquila, casi casi aburrida, la novia entrando con su padre y el coro cantando junto a la banda, Seokjin con una gran sonrisa falsa que Yoongi había logrado notar a pesar de la distancia, la chica llorando dramáticamente tomada de las manos de SeokJin, la ceremonia, blablabla y el beso, ambos saliendo tranquilamente de la iglesia tomados de las manos y subiendo al auto que los guiaría hasta el salón de la fiesta.

Y ahora estaba ahí sentado escuchando las palabras de los padrinos, primos de SeokJin y el hermano de MinJi, mientras todos en silencio escuchaban con una gran sonrisa riendo de vez en cuando, sin olvidar el gran discurso emotivo de la dama de honor que hizo llorar a la novia, cuando todo aquello pasó y él se encontraba comiendo tranquilamente un par de canapés el novio se le acercó y le sonrió indicándole una salida.

—Ella es dulce, amable, tranquila casi sumisa ¿Sabes? No es tan terrible Yoongi.—Dijo Seokjin viendo a travez de la gran ventana que daba hacía el salón dando la vista de la fiesta donde la novia bailaba junto a sus damas.

—Lo dudo, por qué no es lo que quieres Seokjin, esta no es tu vida.—Respondió Yoongi con un tono de molestia cruzando sus brazos viendo el salón hasta qué cierta cabellera llamo su atención.—¿No crees que es muy cruel invitarlo?

Seokjin suspiró triste y bajo su mirada, Yoongi lo entendió, tantas cosas habían pasado, y ahora era como si todo estuviera perdido, por qué lo estaba.

—Mi madre lo invito, ella realmente puede ser....peor que el diablo.—dijo el novio casi como un susurro muy triste, Yoongi miró al chico que se movía entre las mesas buscando a alguien. —El aún no se rinde... el hablo conmigo antes de la ceremonia, quería escapar, jajaja, ¿Puedes creerlo? Igual que hace 5 años, obviamente me negué.

Yoongi analizó el rostro de SeokJin, él antes había sido alguien caracterizado por su risa y aquella energía que deslumbraba felicidad, pero ahora Yoongi solo veía tristeza en sus ojos y sus labios serios, habían terminado por extinguir aquella alegre belleza que en algún momento había sido Kim Seokjin.

—Vamos, hay que entrar.

Ambos chicos entraron, Seokjin fue inmediatamente tomado de los brazos por sus primos guiándolo hasta la novia que lo esperaba con ansias, venía el baile de los novios, Yoongi volvió a sentarse en su mesa viendo a su amigo sonreír amablemente hacia la chica que sin duda sonreía de forma real.

—¡Hey, Yoongi!—Dijo Namjoon, uno de sus amigos en común con Seokjin. —¿Como estas?

Y también el amante de SeokJin.

Pero esa historia había terminado para ellos, a pesar de la promesa que había en su dedo anular, a pesar de las miradas que el novio y el chico frente a él se daban cada cierto par de minutos, los recuerdos siempre estarían ahí para atormentarlo y era una historia que necesitaba contar.






[🤡]
Primer capítulo.
Perdón las faltas de ortografía.

La boda || Kookgi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora