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Shiori realmente no podía creer lo que estaba viendo, debía tratarse de un sueño, ¡De una pesadilla!

Pero no tardó en salir de aquel pensamiento al intentar mover su mano, se encontraba congelada en el marco de aquella ventana y no podía sacarla aunque intentase calmarse.

Necesitaba salir de allí, no deseaba ver más aquella escena y sobre todo necesitaba detener a Airi, no debía colocar la carta en la mochila de Midoriya.... Ya no valía la pena, todo su esfuerzo en esa carta ya no valía.... Debía romperla, quemarla o hacer cualquier cosa con ella pero menos ser entregada.

—¿Estás bien?

Shiori dió un pequeño brinco en su sitio al escuchar la voz de un chico, secó sus lágrimas lo más rápido y giró su rostro para ver de quién se trataba.

—Eh, si.... Me encuentro bien Todoroki.— Le dedicó una pequeña sonrisa nerviosa.

—Yo creo que no, tu mano está congelada en la ventana y no la puedes sacar.... ¿Necesitas ayuda?

La de cabellos celeste suspiró cansada cerrando sus ojos por unos segundos, no le gustaba recibir ayuda de nadie... Solo dejaba que una persona le brindará su ayuda y esa persona no se encontraba cerca.

—Por favor, pido tu ayuda...

Le habló lo más cortés que pudo en su estado actual. El menor de los Todoroki se acercó a ella tranquilo, después de todo confiaba en ella y la respetaba. Encendió su mano con una pequeña llama para descongelar la mano de Shiori, pero tuvo que aumentar el calor de aquella llama.... Aquel hielo no se estaba derritiendo con facilidad.

Por su parte Shiori intentó concentrarse aún más para ayudar al menor a derretir su hielo, de verdad que en ese momento odiaba su quirk y por todo lo que había pasado.  Después de un rato la mano de Shiori quedó libre, movió un poco sus dedos, aún se sentían algo fríos pero volviera pronto a su temperatura normal.

—Muchas gracias Todoroki, te debo una.

—No me debes nada Yukimura-San.— la interrumpió levantando ligeramente su mano.— Siempre nos ayudas en los entrenamientos y fuera de ellos también, somos nosotros quienes les debemos varias a ustedes dos.

Le dedicó una pequeña sonrisa incómoda, dándole a entender que ya no deseaba hablar del tema, le dio por última vez las gracias y con cierto apuro fue hasta la cafetería en busca de su mejor amiga. Quizás después de comer iba a dejar la carta y así tendría tiempo de decirle que no la dejé... Tendría que soportar el regaño de la pelirosa por haberse demorado en decidirse de confesarse.... Y ella lo sabía a la perfección, su miedo hizo que perdiera la oportunidad de estar con aquél chico tierno.

Al llegar a la cafetería buscó con la mirada a la pelirosa, estaba segura que no le tomaría demasiado tiempo, de seguro estaría realizando alguna tontería, pero esta vez se encontraba bastante tranquila y eso la ponía ligeramente nerviosa.

Sin tomar ningún alimento fue directamente hacia la mesa, en la cual se encontraba Nejire, Airi y Mina.

—Oh, bienvenida Shiori-chan— le sonrió Nejire con entusiasmo.

—¿Qué pasó con la carta Airi?— le preguntó mientras ocultaba su nerviosismo.

—Ya coloque la carta en la mochila.

Shiori se sentó en el asiento que quedaba vacío, su vista no se apartaba de los ojos de su mejor amiga.... Había llegado tarde una segunda vez y eso provocaba una extraña sensación por todo su cuerpo.

—¡Y eso no es todo!— habló Mina con algo de diversión.— Airi no sabe si metió la carta en la mochila correcta.

Ahora sí sentía totalmente pérdida, ¿Ahora que iba hacer?  Tendría que esperar para ver a quién le había dejado la carta Airi.... Después explicarle que no era para él o ella, que todo fue un mal entendido...

Solo esperaba que aquella carta no estuviese ahora en la mochila de alguna de sus hermanas, de Midoriya o del alumno más escandaloso de la clase 1-A.

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La suerte para la de cabellos celestes no podía ser peor, Aizawa les había pedido a Airi y a ella que les ayudarán con el entrenamiento de hoy.... Tendría que ver el rostro de todos y quizás la persona a la cual Airi le dejó la carta le hablase antes o después de comenzar con el entrenamiento y no estaba totalmente preparada para eso.

—¡No deseo entrenar con ellas!— grito Eimi de la nada al verlas cruzar la puerta del salón.

—.... No quiero tener más contacto con alguna de ellas.... Aquellas que vivieron una buena vida.

Shiori suspiró ya cansada, había estado escuchando esos rumores desde que ellas habían sido admitidas en la U.A.

Camino lentamente hacia donde ellas se encontraban sentadas, Airi no dijo absolutamente nada, después de todo no deseaba que ella se enojara más de lo que ya estaba y prefirió ver el espectáculo, el cual sabía a la perfección que sería bueno.

—¿Una buena vida?— pregunto en un tono frío.— Ser el experimento de nuestros padres durante años, no poder dormir o comer como los demás niños....

—No digas tonterías, de seguro vivieron llenas de amor.— le comento Saori cruzándose de brazos.

La mayor de las Yukimura se quitó la parte de arriba del uniforme dejando que todos vieran las cicatrices que posee en gran parte de su cuerpo. Yaoyorozu creo algo para que Mineta no pudiera verla, al igual que el rubio ceniza miraba a todos los hombres para saltarle encima al primero que comentará o viera más de lo que debía el cuerpo de ella.

—No comentes algo que no sabes, estar atrapadas con esos malnacidos durante años, siendo sus experimentos... Que nos inyectarán miles de drogas para fortalecer nuestros kosei, ser entrenadas para matar a cualquier persona que se nos ordenará.... ¿Eso es una buena vida para ti?

—Yukimira Shiori, no estás autorizada para hablar de eso.— Le regaño Aizawa listo para usar sus vendas.

—Claro, como toda nuestra existencia ha sido ocultada por todos....— Frunció el ceño Airi.

—De lo único que ustedes debieron preocuparse estando en aquel orfanato, era de ser adoptadas por una buena familia.... En cambio Airi y yo, nuestra preocupación era de salir vivas cada día de aquellos experimentos e incluso esperábamos salir muertas de ellos para dejar de sufrir.

Toda la clase quedó en silencio al escuchar aquella parte de la historia de ambas, no tenían idea de que aquello les había sucedido.... Siempre se habían mostrado tan fuertes, ahora comprendían el motivo por el cual ellas guardaban silencio si les preguntaban demasiado sobre su pasado o sobre sus kosei.

Al terminar de decir eso Shiori se colocó la parte de arriba del uniforme y camino hacia la puerta del salón para ir al lugar de entretenimiento lo antes posible.

—Quien nos mire con lastima, le pido que no se acerque a nosotras para que sea entrenado.

Condenada carta. [Bakugō Katsuki x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora