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Varias calles se encontraban cerradas, algunos héroes de confianza para Airi y Shiori  las mantenían vigiladas. Bakugō se mantenía cerca de Shiori, no entendía la situación en la cual estaba y aunque le preguntaste a la de cabellos celestes, ella mantenía el silencio.

La siguió hasta una calle estrecha, se colocó al nervioso al estar solo con ella y en un espacio más reducido. Pero no tardó en comprender el motivo de que hayan cerrado las calles y que algunos héroes se encuentren por el lugar.

Una sombra se acercó a gran velocidad hacia los dos jóvenes, Shiori esquivó con facilidad el ataque de esa persona y aprovecho para tomarle el brazo y sacarle la capucha que le ocultaba el rostro.

La chica molesta lanzó al rostro de la peliceleste sus garras para dañarla y está vez no lo esquivó para asegurarse de que se trataba de su objetivo.

—Ahora estás envenenada y no podrás moverte.— se burló la de cabellos rosados y ojos rojos mientras se liberaba de su agarre y retrocedía un poco.

De las manos de Bakugō salieron varias explosiones, no iba a permitir que alguien dañará a Shiori enfrente de él. Iba a lanzarse contra ella, pero la de cabellos celestes alzó su brazo para detenerlo.

—Lastima para ti.... Los venenos de Airi son más fuertes que los tuyos. Además gracias a ella he generado una gran resistencia hacia ellos, por lo cual no me afectan.

La más baja chasqueó la lengua bastante molesta, no le gustaba que alguien despreciará sus venenos y la hiciera sentirse inferior.

—Juro que voy a barrer el piso contigo.

—¡Tú no le vas a tocar ningún cabello maldita extra!

—Bakugō cubre mi espalda, por nada del mundo está niña debe escapar.

El rubio asintió ligeramente con su cabeza y se colocó en pocision, debía tener mucho cuidado quizás Shiori sea resistente a muchos tipos de veneno, pero en cambio él no.

Y aquella chica intentaría aprovecharse de eso.  Corrió hacia el rubio, pero antes de que pudiera tocarlo Shiori creo una fina pared de hielo para detenerla, no tardó en absolverla para que el rubio se lanzará contra ella con sus explosiones.... Esta vez debían trabajar en equipo y tener una coordinación perfecta para poder atraparla.

—¿Podrías decirme que demonios está sucediendo?— le preguntó algo molesto el rubio a la peliceleste.

—No es el momento para hablar Bakugō.

—No vamos a ir con ustedes,  no vamos a obedecer sus malditas reglas ahora.... Estuvimos solas durante mucho tiempo.... ¡No les importó nuestra existencia!

Yukimura suspiró agotada, se encontraba cansada mentalmente, deseaba que todo esto se terminará lo más pronto posible... Pero sabía que nada de eso sería fácil.

La de cabellos rosados poseía varias heridas en su cuerpo, pero ninguna de estas eran de gravedad. Su respiración era algo agitada, se encontraba algo cansada, después de todo no estaba acostumbrada a pelear durante mucho tiempo.... No como ella. Sonrió levemente la mayor mientras se acercaba a ella, fue congelando sus piernas para que la pelirosa no se moviera.

—Siempre se les estuvo buscando... Y creeme ustedes obtuvieron la mejor parte.

Antes de que la pelirosa pudiera responderle, Yukimura la golpeó en la cabeza para noquearla y así poder llevársela más fácil.

Airi no tardó en llegar, en su hombro cargaba una chica de cabellos blancos, la cual también se encontraba inconsciente.   Sin delicadeza la dejo caer en el suelo junto a su amiga que ahora se encontraba descongelada.

—No pensé que nos tomara mucho tiempo.— Airi se acercó a su mejor amiga para verificar que no estuviese envenenada.

—Teníamos que tener cuidado de no lastimarlas demasiado Airi.

—Lo se, lo bueno es que por fin logramos atraparlas.... ¿Cómo te sientes?

—¿Podrían explicarme qué es todo esto? No se qué está sucediendo.— Bakugō chasqueó la lengua algo molesto, intentando controlar sus explosiones.

—Eso es porque te metiste en un asunto que no te incumbe, solo viniste de extra bombitas.

Aizawa y Hawks se acercaron a ellos para llevarse a las dos menores a la enfermería de la U.A lo más discreto posible. El pelinegro a cargo de las otras dos chicas les informó que no tardarán en volver a la academia, que no deseaba tener que ir a buscarlas y darles un castigo.

La de cabellos celestes les informó a los otros héroes que ya podían volver a sus agencias y que las calles ya podían volver a la normalidad. Una vez que les hizo una pequeña reverencia de agradecimiento a ellos, volvió con Airi y Bakugō, lo mejor era volver a la academia lo antes posible para no tener un regaño.

Bakugō las seguía regañadientes varios pasos más atrás, desde que habían entregado a las dos chicas lo han estado ignorando y no respondieron a su pregunta. ¿Acaso tan poco confiable eres? ¿Para que le permitieron venir si no le dirían nada?

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Aizawa caminaba por los pasillos de manera perezosa seguido por dos personas, para su suerte se encontraban en silencio, como también le parecía totalmente extraño por parte de la pelirosa, por lo cual estaba atentó a cualquier cosa.

La vida si que le gusta jugar con él, no podía creer que el director le haya dicho que tendría que cuidar de ellas dos... ¿Cuando podría ser libre de ellas? El pelinegro no dejaba de pensar que posee alguna maldición extraña y tendría que lidiar durante toda su vida con eso.... Vaya fastidio.

Se rasco la cabeza mientras deslizaba la puerta, en cuanto lo vieron todos los alumnos tomaron asientos por indicación de Iida y podían notar que no era bueno molestarlo por hoy.

—.... Hoy tendremos dos personas nuevas.— habló cansado mirando el rostros de todos los alumnos.

—¡Espero que sean chicas con buenas curvas!

Todas las mujeres vieron con asco a Mineta, ¿Acaso eso era lo único que le importaba a él?

El resto de alumnos no dejaba de comentar cómo serian los nuevos integrantes de la clase, algunos esperaban que fuesen simpáticos, otros que tengan un gran quirk.... Pero Bakugō no le interesaba eso, miraba por la ventana, había pasado una semana exacta y no ha podido hablar con Yukimura.

—Por favor pasen de una vez y presentense.

La puerta una vez más se abrió dejando ver esta vez a dos mujeres, una de cabello blanco corto y ojos celestes, la otra de cabellos rosados bastante largo y ojos rojos.

—Soy Hayashi Eimi.

—Un gusto, Yukimura Saori... Espero que podamos llevarnos bien.

Condenada carta. [Bakugō Katsuki x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora