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Mina cerro su cuaderno y lo apretó contra su pecho, estos últimos dos meses, como ella misma escribe, habían sido feos, no se había sentido así desde nunca, había tenido otras parejas (solo hombres) y ninguno le había hecho sentir esta cantidad de emociones, ninguno la había puesto en esta clase de conflictos, se estaba quedando en la casa de sus padres, sabía que la bajita los respetaba lo suficiente como para no aparecerse, sabía lo importante que era la honra para ellos...pero en estos momentos estaba deseando que mandara esas cosas a volar y que la viniera a buscar, soñaba despierta mientras hacia sus que haceres, mientras se bañaba, mientras comía y sus padres se daban cuenta.

-la iremos a buscar nosotros, es una promesa, Mina.

-no vayan, ella sola tiene que venir por mí.

Y era verdad, Chaeyoung tenía que enmendar un par de cosas, pero ¿y si nunca llegaba?

- ¿no crees que ya se tomo mucho tiempo?

-no mamá, estuvimos juntas un año, solo han pasado dos meses.

Solo dos meses decía, como si no se sintieran una eternidad y la verdad era que sentía que la chica más bajita estaba en todo lo que hacía y la chica coreana sentía que en todo lo que hacía había un poco de Mina, se habían acostumbrado tanto a la otra que sin notarlo la impregnaron en sus sistemas, Chaeyoung lloraba todos los días, Mina intentaba reprimir el llanto...no entendían que era lo que les pasaba, pero la menor de las dos estaba más que dispuesta a recuperar lo mejor que les ha pasado, podrán tener un montón de diferencias en cuanto a la clase social, a comodidades, y quizás hasta en éticas, pero eran una, se complementaban tan bien que estaban seguras que jamás encontrarían a alguien igual.

-ya me aburrí de llorar, voy a luchar por ella.

Chaeng dijo abrazada a una de sus mejores amigas, quien solo le acariciaba la espalda con preocupación, sabía que la única persona que podría calmarla completamente se había ido hacia dos meses, su amiga, Im Nayeon estaba preocupada.

-haz lo que tengas que hacer, Chae.

Había estado yendo a terapia hacia un mes, había estado entendiendo lo que le paso, lo mala que fue su infancia pero lo fuerte que había sido al salir adelante, al estudiar y al tener su propia casa, siendo tan joven, a pesar de haber recibido ayuda de sus cuatro abuelos.

-lo hare.

Se limpio las lágrimas y se paró, este vez mirando a su otra amiga que le hacía cariño en la espalda.

-gracias, Jeongyeon, pero debo irme.

Corrió hacia su casa, para pensar en que hacer, no quería irrumpir en la casa de los padres de Mina, ella sabía que la nipona estaba viviendo ahí otra vez, que había dejado su casa no para irse a su anterior frio departamento, sino que, seguramente sus padres al verla tan destrozada y desolada la consolaron y le pidieron que volviera, arrendando nuevamente ese departamento, que también estaba lleno de recuerdos de ellas dos amándose de todas las formas posibles. No estaba cansada de correr, lo uso para sacar toda esa frustración, lo uso para liberarse, sus zapatos chocaban con el suelo con rabia, si hubiera podido romper el pavimento, lo habría hecho. Cuando llego a su casa vio el auto de los señores Myoui afuera de su portón, como tantas veces Mina había estado ahí, esperándola...al menos hasta que ella misma le regalo una llave de su casa.

-Akira, Sachiko...hola... um ¿quieren pasar?

Los padres de la japonesa estaban abrazados esperando que la coreana llegara, habían esperado cuanto mucho diez minutos.

-no, Chaeyoung, solo queremos conversar contigo.

La más bajita agradeció eso, su casa era un desastre, estaba tan deprimida que no había tenido fuerzas para hacer nada, Mina era su motor desde hacía tiempo y ahora que no estaba, la luz y las ganas de hacer las cosas habían desaparecido.

-esta bien...yo, lo siento mucho-

-sabemos, queremos pedirte que no te rindas, no sabemos como te sientes, pero vemos a Mina todos los días...queremos que lo intentes, ella quiere que lo intentes.

¿eso era lo que Mina quería? Parpadeo varias veces mientras veía a Akira, el padre de Mina hablarle, este le puso una mano sobre el hombro, mientras la otra reposaba en la cintura de su esposa.

- ¿ella aún me quiere?

-te quiere tanto como antes, quiere verte, quiere que te aparezcas por la casa, quiere que hagas lo necesario por ustedes.

Esta vez Sachiko le hablo con suavidad, esa suavidad de madre que la suya nunca pudo proporcionarle, los padres de la mayor se habían vuelto de alguna forma los suyos propios, los que nunca tuvo.

- ¿los puedo abrazar?

Los adultos envolvieron a la chica de 22 años en sus brazos, sabían que lo que estaban pasando como pareja era aterrador, sabían que se querían y también sabían que todo estaría bien.

-gracias por venir, pensé que estaba a punto de perderla.

Akira le revolvió el cabello – lo veo difícil, Chaeng, ella aun te quiere demasiado como para dejarte ir en dos meses.

La menor les dio las gracias por venir y darle aliento.

Sachiko le volvió a dar un abrazo antes de subirse al auto.

-no te olvides, que estoy aquí para cuando necesites conversar, cuando necesites una mamá.

Chaeng se limpio una lagrima que amenazaba por salir.

-gracias, lo tendré en cuenta.

Entro a su casa y comenzó a ordenar todo lo que no había ordenado este ultimo tiempo, la loza en el lavaplatos, a sacudir el polvo de sus muebles, a hacer su cama como se debe, a encender luces, velas e inciensos, para que su casa tomara de nuevo ese sentimiento de hogar, que parecía que solo se sentía cuando la japonesa estaba con ella, pero no se rendiría esta vez, no dejaría que el cansancio y la pena se apoderaran de ella ya más, quería a Mina de vuelta y tenía que deshacerse de las dudas para poder lograrlo, para conseguir volver a verla, para abrazarla y nunca más dejarla ir.

-voy por ti, mi amor. 

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resulta que ahora sin querer escribí lo que le sigue a las cartas, anyway, espero les guste. 

Un beso más [MiChaeng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora