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Chaeyoung estaba llegando de terapia, la segunda de su semana, estaba cansada pero contenta, de verdad no entendía como podía llorar tanto, pero estaba segura que en un par de días solo lágrimas de felicidad la seguirían a ella y a su amada, Mina solo se merecía felicidad, Mina solo se merecía esas lágrimas, suspiro cuando doblo su esquina y vio a quien había anhelado ver desde hace casi tres meses, la chica estaba dejando una caja sobre su buzón, aparto un poco las flores fucsia de la enredadera para dejar la caja con cuidado, Chaeng la observo, escondida detrás de una caja receptora de electricidad, era más ancha que ella y solo un poquito más baja. Mina se rasco la cabeza y se alejó, pero volvió a tomar la caja y se apoyo contra su auto, ya había tocado el timbre un par de veces pero la más bajita no aparecía, claro que ella no sabía que esta misma estaba en terapia.

Chaeyoung había decidido caminar hacia su casa para ver a su amor, había pasado tanto tiempo y a pesar de querer alargarlo un par de día más, las cosas pasan por algo, Mina la noto caminar y giro su cabeza, sonriendo involuntariamente, ella se veía igual, Chaeyoung le devolvió la sonrisa, un ardor se apodero de su garganta en el intento de no llorar, diablos, quería dejar de llorar ya.

-Mina...hola...

Hizo una pequeña reverencia.

-hola, Chaeng.

Su voz estaba tan llena de amor que ninguna de las dos podía creer que habían terminado.

-estas aquí ¿quieres pasar?

Mina negó y movió su mano libre en conjunto con su cabeza, tenía una sonrisa pequeña en sus labios, no podía apartar sus ojos de la más bajita. Chaeyoung curvo sus comisuras hacia arriba, le encantaba lo que estaba viendo, la mujer más guapa que haya visto estaba sonriéndole otra vez, con un poco de maquillaje, su cabello igual que la última vez que se lo vio, su cara igual de hermosa que la última vez que se vieron, sus labios igual de divinos que la última vez.

-no puedo quedarme, Chaeyoung. Si me quedo, no saldré más de aquí.

La más bajita asintió, entendiendo y al mismo tiempo no entendiendo porque eso significaba una problemática. Mina suspiro y extendió la cajita.

-esto es para ti...también te quería agradecer por todas las cosas que has dejado en mi casa, me diste tranquilidad, me diste algo porque levantarme otra vez.

El corazón de la más bajita ignoro todo lo que el cerebro de esta le gritaba y comenzó el trabajo de latir a todo dar, haciendo que la más pequeña inconscientemente tocara su pecho, intentando calmar el ritmo de su musculo más importante.

-gracias, Mina...quiero hacerlo bien.

-lo harás bien, lo harás increíble.

Se miraron un rato, Chaeng ya había tomado la cajita de la mano de Mina, se querían besar, se querían abrazar y llorar, pero ambas sabían que faltaba un poquito, Mina porque lo había leído desde las cartas que la rubia le había escrito y Chaeyoung porque es lo que su psicóloga le había recomendado.

-te amo, te amo tanto – Chaeng susurro, mirando cada detalle de la cara de la nipona – perdóname por decírtelo así y aquí pero, eres todo lo que quiero.

La japonesa bajo la cabeza sonrojada, esa chica podía hacer que toda su cara y hasta sus clavículas se tornara de un color rojo, ella amaba eso, ambas amaban eso.

-yo también te amo, jamás amaría a nadie más...me tengo que ir. Como te dije, si me quedo, no me podre ir, adiós...

-no, Amor, hasta luego.

Mina asintió, demostrando vigorosamente que estaba de acuerdo con su chica.

-hasta luego, Amor.

Chaeyoung vio el auto de Mina desaparecer y se apresuro a entrar a su casa, estaba todo ordenado y con olor a limpio, se dedicaba a hacer un aseo general todos los días y aseo profundo una vez a la semana, a veces dos, como lo hacía cuando Mina vivía con ella, se sentó en su sala de estar y miro la cajita, las letras M.M estaban pintadas suavemente con lo que parecía eran acuarelas, diferentes colores acompañaban las letras, dejo la tapita de la caja a un lado y vio para su sorpresa cuatro cartas, con la misma canción que ella había escuchado pensado en la japonesa.

Mi amor.

Cuando leí tus cartas, llore por lo bien que plasmaste tus sentimientos en papel, llore al ver las lagrimas ya secas en el borde del papel, llore al saber que pensamos tan similar que elegimos la misma canción para pensarnos, Chaeyoung, yo quiero darte un beso más y no uno solo, quiero que nos besemos hasta mi ultimo aliento, quiero que nos besemos en todos lados y por cualquier cosa, quiero tenerte conmigo, quiero que vayamos otra vez a ese café, quiero pedir té blanco con canela y cedrón, quiero sentir ese sabor en tus labios también.

Te dejo estas entradas de diario que parece que hice a la par contigo, a pesar de no saberlo, estábamos escribiendo sobre nosotras al mismo tiempo y con la misma canción, te dejo estas entradas de diario, que no iban a ser cartas pero ahora lo son, te las doy para que las guardes y en un futuro se las mostremos a algún quinceañero enamorado, y que le digamos que el amor todo lo puede.

Te amo, mi amor.

-Myoui Mina.

Un suspiro enamorado dejo los labios de la coreana, decidió prepararse un té solo para lidiar un poco con su ansiedad, ella sabía que ese pequeño impulso a veces se adueñaba de ella, así que ahora estaba haciendo todo lo posible por controlarlo, incluso si eso significaba tomarse un tiempo antes de leer las cartas de Mina.

Se volvió a sentar en su sillón, con el pijama ya puesto y el té ya preparado, vio como la elegante letra de la elegante japonesa adornaba el papel rosado claro, leyó la decepción y se decepciono también, le dio impotencia no haber podido resolver ese puñado de preguntas que yacían sin contestar en el papel, quizás cuanto dudo...pero cuando la vio hoy, sus ojos no tenían dudas y eso la tranquilizaba, para cuando ya había llegado a la ultima carta, verdaderamente noto que a pesar de ser diferentes, sus mentes estaban conectadas, sus corazones y sus espíritus, le dio la impresión que sus almas se encontraban a escondidas  sin que ellas supieran, por eso sufrieron tanto, sus espíritus decidieron dejar sus cuerpos para poder encontrarse en un plano más allá de lo terrenal, y ahora que se habían vuelto a ver en carne y hueso, las cosas se veían prometedoras, para sus seres extra terrenales y para ellas como personas.

-increíble...

Dejo caer su espalda en el respaldo del sillón, soltando otra vez ese mismo suspiro, abrazo las cartas a su pecho y cerró los ojos, imaginando lo que le esperaba en unos días, poder volver a sentir los brazos de Mina a su alrededor estaba más cerca que ayer, pero un poquito más lejos que mañana.

-lo voy a hacer bien.

Susurro para ella misma.

Se acostó en su cama, quería mandarle un mensaje de texto a la japonesa, quería decirle lo mucho que había amado sus cartas, lo mucho que quería resolver todas sus dudas, quería decirle también que no había nada que dudar, que lo único que quería, era que su relación siguiera creciendo y volviéndose fuerte.

Se acostó en su cama, quería mandarle un mensaje de texto a la japonesa, quería decirle lo mucho que había amado sus cartas, lo mucho que quería resolver todas sus dudas, quería decirle también que no había nada que dudar, que lo único que quería,...

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Un beso más [MiChaeng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora