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Luego de una interminable noche, el sol había salido, anunciando que ya había amanecido

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Luego de una interminable noche, el sol había salido, anunciando que ya había amanecido. Los rayos de luz se filtraban por las cortinas, iluminando la habitación de Taehyun.

Taehyun se había despertado y se dio cuenta de que no había nadie en su casa. Recordó que todos habían venido a la fiesta y ahora le tocaba limpiar el desorden.

Decidió que aún tenía tiempo antes de ir a la escuela, así que se dispuso a limpiar todo. Normalmente, solía hacerlo con la ayuda de su amigo Soobin.

Soobin y Taehyun eran mejores amigos y ambos iban en quinto de secundaria. Aunque Taehyun ya tenía 17 años, Soobin aún no cumpliría esa edad hasta fin de año escolar. A pesar de ser considerados jóvenes para asistir a fiestas universitarias, el hermano de Taehyun les permitía hacer lo que quisieran con tal de mantener la boca cerrada.

Taehyun decidió ir a despertar a Soobin y a la persona que se había llevado a su habitación esa noche. Al acercarse a la habitación, Taehyun notó que su mejor amigo no solía ser sociable ni mucho menos, pero la noche anterior había quedado hipnotizado por un chico. Aunque Taehyun no lo había visto aún, había escuchado a Soobin hablar de lo bien que se veía, aunque no sabía su nombre.

El rubio optó por dejar dormir un poco más a su amigo y decidió ocuparse de la limpieza por el momento.

Mientras tanto, Soobin en realidad se encontraba sentado junto a la ventana, disfrutando del frío viento e inhalando un cigarrillo que había reservado la noche anterior. El peliazul que descansaba en la cama junto a él se removió un poco, dejando al descubierto su espalda desnuda. Soobin volteó hacia él, observando su piel pálida. Luego, volvió su mirada hacia la ventana, esperando a que el otro despertara poco a poco. De repente, escuchó al peliazul moverse bruscamente y hablar.

— Demonios, ¿Dónde estoy? — dijo el peliazul, confundido. Soobin volteó hacia él sin mostrar ninguna expresión en su rostro.

— ¿Acaso no recuerdas cuando llegaste aquí? — el pelinegro rio, apagando su cigarrillo en el cenicero.

Yeonjun levantó la mirada y vio al pelinegro, con una camisa blanca abierta hasta el abdomen y unos jeans negros. Eso lo hizo pensar: "Carajo, ¿me acosté con él?" Comenzó a alterarse y levantó las sábanas lo suficiente para que solo él pudiera ver su cuerpo.

Estaba desnudo.

— Oh, por dios, ¿nosotros... tuvimos...? — Yeonjun se interrumpió a sí mismo, sorprendido por la situación.

— Sí, lo hicimos — interrumpió el pelinegro, confirmando sus sospechas.

"Yeonjun, eres un idiota. Peleaste con tu novio solo una noche y ya te acostaste con otro hombre, por dios", pensó Yeonjun, sintiéndose culpable.

𝐋𝐔𝐒𝐓 • 「soojun」 -   en pausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora