Vamos a empezar de nuevo

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Lena no pudo apartar la mirada de la rubia por más que lo intento en el transcurso de su cena.

Ni siquiera el que varios hombres se ofrecieran a hacerle compañía a una "hermosa dama tan sola" logro que su atención se desviará de la mujer.

También pudo notar como está apretaba las manos en puños y fingía una sonrisa cuando sus ojos enviaban dagas a quienes osaban acercarse a su mesa.

Lena no podía entenderlo.

¿Porque se ponía celosa?

—¿No crees que ya fue mucho vino? —pregunto al servir otra copa de una nueva botella de vino.

—¿Que? Acaso hay límite de botellas en este establecimiento? —pregunto burlonamente.

Kara jadeo dolorida. Ese había sido un golpe muy bajo, pero Lena tenía razón. No le incumbe lo que ella haga con su vida.

Inmediatamente después de soltarlo, Lena se dió cuenta de sus palabras.

—Kara… Lo siento—se disculpo profundamente.

Kara negó poniendo distancia entre ellas.

—Esta bien Kieran. Eso es lo que soy. Una empleada.—dijo dando media vuelta y marchando se a seguir si trabajo.

—¡Maldición! —exclamo bebiendo de golpe su copa. —¡Mesero! —grito haciendo un gesto con su mano para que se acercará.

Este lo hizo presuroso maldiciendo por dentro. No podía creer que una mujer tan hermosa como ella fuera tan arrogante.

—Desea algo más madame

—Quieres ganarte 500 dólares?

—¿Que tengo que hacer? —pregunto mirando nerviosamente a su alrededor. 

Su noche comenzaba a mejorar.

—¿A qué hora sale la Sommelier?

—Kara?

—Hay otra? —pregunto bruscamente. Molesta ante la familiaridad con la que dijo su nombre.

—En realidad..

—No me importa. ¿A qué hora sale? —pregunto pasando discretamente el dinero al camarero.

—11 pm

—Gracias. —mascullo levantándose de su asiento. —Ni una palabra de esto.

—No es como si fuera estúpido —mascullo viéndola alejarse. 

***

—Estas muy distraída —le reprendio el gerente llamando su atención.

—Si, lo siento. Asuntos personales. —se excusó dejando salir un cansado suspiro.

—Pues trata que el jefe no se de cuenta, sabes lo exigente que es. Si vas a estar dispersa mejor vete hacer el inventario que quiere John y deja a alguien más a cargo—gruño marchandose 

Kara rodo los ojos.

William siempre ha sido una persona demandante y demasiado exigente. Pero está vez estaba agradecida por el descanso que le estaba dando.

Antes de ir a cumplir el trabajo encomendado dió un último vistazo a la pelinegra, sintiendo un enorme nudo en la garganta al verla marcharse sin digirirle una sola mirada.

Sacudió su cabeza para despejar su mente y huyó a la bodega donde comenzó a hacer un inventario que le entregaría a Jonh para surtir la siguiente semana. Algo que normalmente haría al terminar su turno, pero está vez dado que John se iría de vacaciones con su familia por un mes, quería dejar todo presupuestado y tratado con los proveedores. Y ella no podía estar más que agradecida con el escape que estaba resultando para poder despejar su mente.

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