Denisse

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—No… no puedo hacer esto —se arrepintió arreglando su ropa.

¿En qué momento habían llegado a esto? Kara no lo entendía.

Cuando ella acepto que Lena la llevará a su casa después de haber quedado con ella para "ponerse al día", nunca imagino que terminarían así. Mucho menos cuando su única intención era despedirse con un beso en la mejilla. Ahora no sabe si fue ella o fue Lena la que giro el rostro para que el beso terminara en sus labios, de lo único que era conciente ahora es que le estaba costando todo dentro de si, resistirse a la mujer que por tanto tiempo anheló.

Pero no podía volver a entregar su corazón y arriesgarse a salir destruida. No ahora, no cuando no se trataba solo de ella. Ahora había una personita que dependía totalmente de ella, y por la cual no podía apostar ay corazón.

—¿Porque no? —pregunto Lena llevando una mano a los labios de la rubia y acariciando el inferior que sobresalía levemente. — Lo estabas disfrutando.

—Porque no puedo. —"porque se que si sigo adelante, no voy a querer dejarte ir" nego —Ahora hay alguien más en mi vida que no puedo lastimar

Lena apretó los labios.

—Entiendo —mascullo.

Nuevamente había llegado tarde.

Kara le miro levantando una ceja.

—No, no lo haces. —siseo arreglando su ropa. —Ven conmigo —ordeno bajando del coche.

Le habia dado un impulso de hacer que se conocieran. No sabía si era lo correcto, solo sentía la necesidad de presentarlas.

—¿A dónde?

—Quiero que le conozcas

Lena dió un paso atrás renuente.

—No me van los tríos —dijo asqueada.

Kara la miro ofendida.

¿Acaso puedo ser más idiota?

—Eres una estúpida, no sé cómo pude concidera la sola idea de querer presentartela —gruño molesta antes de comenzar a caminar en dirección a la entrada de su edificio.

Lena sintió una punzada en su pecho. No quería que las cosas terminaran así. No de nuevo.

Corrió detrás de la rubia y la detuvo agarrando su brazo.

—Oye, está bien. Lo siento. Estoy siendo una estúpida —concordó con la rubia. —Discúlpame

—No puedes venir, abrir la boca para decir la primera burrada que se te venga a la cabeza y esperar que yo te disculpe como si no hubiera pasado nada.

—Lo se, en verdad perdón. Es solo que… no sé cómo actuar contigo. Siempre termino echando todo a perder, es solo que tengo miedo

—Entonces ¿porque me buscas?

—Porque algo me impulsa hacerlo. No puedo alejarme de ti por las que lo intento.

—Necesito pensar…

—Esta bien, pero por favor no vuelvas a huir de mi…

—No tengo que hacerlo, porque aquí está mi hogar

—Y yo soy una intrusa, lo he entendido —quiso bromear pero en el fondo le dolía porque sabía que la rubia tenía razón, a diferencia de ella su hogar estaba en National City.

****

Días después.

—Creo que me arrepentiré de esto —se lamento Kara, mientras subían por el elevador.

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