Una y otra vez el recuerdo de tu tacto recorriendo cada centímetro de mi cuerpo, atormentándome cada noche. Suaves palabras escapan de tus labios color cereza y tras unos pequeños melodiosos gemidos, lo vuelves a decir:
"Eternamente, Harriet"
Precio...
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— Vamos, Harry — intentaba convencerle mientras este me pasaba el vaso de agua que le había pedido y tomaba un trago de su cerveza, sentándose nuevamente frente al piano.
— ¿Ahora somos amigos? — preguntó.
— Vamos, quizás tú y yo no tenemos la suficiente confianza pero a Niall le encantaría verte allí — hice un pequeño puchero — Por favor.
Niall iba a tocar una de sus tantas canciones en una fiesta que daba un familiar suyo. Era un tanto sofisticada pero a él le hacía ilusión vernos allí pues, nunca había dado un concierto y esta situación era la más parecida a uno. Este me convenció para que inviatara a Harry, es decir, ya había sido invitado por Ni pero el castaño ya había negado la invitación, por ello decidimos presionarle para que finalmente aceptara.
— No sé, Faith — habló esta vez serio — me gustaría pero, estos días estaré ocupado. Además, quizás quedo con Charlotte ese mismo día — divagó.
— Puedes quedar con ella en otro momento — intenté convencerle. Me incliné hacia delante en mi asiento para estar más cerca — Vamos, Harry, a Niall le hace muchísima ilusión verte apoyándole, como el buen amigo que eres — sonreí — Estaba muy nervioso cuando le dieron la noticia pero, le relajó saber que quizás estabas allí. Junto a él.
Harry me dedicó una cálida sonrisa ladina. No sé por lo que habían pasado juntos pero debe haberlos unido muchísimo. Niall encontraba paz y tranquilidad en su amigo y sentía que a Harry le pasaba lo mismo.
— Está bien — aceptó finalmente con una sonrisa — Sigamos con esto o no aprenderás nunca — se apresuró a decir mientras se colocaba correctamente. Yo hice lo mismo centrándome totalmente en él.
— Estás pálido — afirmé. Había notado que su piel estaba mucho más blanca que de costumbre.
— Bueno, es difícil para un inglés ponerse moreno — bromeó mirándome directamente. Yo simplemente rodé los ojos.
— ¿Estás bien? — pregunté genuinamente. La última vez que lo había visto así de pálido estaba enfermo.
— Sí, tranquila. La fiesta de ayer no me dejó con buen cuerpo — habló quitándole importancia. Y entonces recordé que era domingo por lo que era totalmente normal que estuviese así y más sabiendo lo mucho que le había afectado a Harry el alcohol.
Sin decir mucho más, comenzamos con la enseñanza. Llevábamos tres semanas con teoría y aunque hubiese perdido dos, comenzaba a aburrirme, quería pasar a la práctica lo antes posible. Habíamos estado con los pentagramas por dos horas, pues no entendía como leerlos sin embargo, cada vez las clases eran más ligeras pues hacíamos muchas más bromas y estábamos tomando mucha más confianza.
— Harry — llamé su atención mientras este buscaba otro pentagrama para leer en la gran carpeta que sujetaba entre sus manos. Fijándome en estas, me di cuenta de que se había quitado todos los anillos — ¿Has compuesto canciones propias?
