Parte 11

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Todos decían que normalmente, los chicos malos te llevan por mal camino. Que te llevan a su mundo, te hacen pecar y luego, luego... te quedas con un deseo insasiable de más poder.

Para mi, ningun chico malo tenia el poder sobre mi. Solo una persona, líder de la banda de la escuela que siempre esta en problemas por alguna razón.

— Llevas viendo la ventana desde que llegaste.— su voz me hace dejar de mirar la ventana para sentir como viene solo para dejarme un beso. Sonrió viendo como se saca sus zapatos y se sube a mi cama, yo solo cierro la puerta de mi habitación con seguro. — Uh... tienes otros planes aparte de estudiar? — su risa me hace sonrojar, sus ojos me escanean de arriba a bajo.

— Samantha...— trago nerviosa en cuanto mi nombre sale de su boca, no me queda de otra que acercarme.

— Señora.— sonrió, los oyuelos en sus mejillas no tardan en aparecer, puedo sentir la yema de sus dedos acariciar mi mejilla hasta tomar aquel mechon de cabello salvaje y dejarlo detras de mi oreja. 

— Mis padres no estan en casa y tu, no tienes nada que hacer. — mi mirada baja de la verguenza mientras ella se rie. Su mano agarra mi menton para atraerme mas a ella y dejarme sobre la cama, la puedo sentir subirse solo para tener mas control del beso. 

Para los demas, Victoria era una chica sin futuro que de pura casualidad era de las calificaciones mas altas. 

Para mi, Victoria era mi todo. 

— Quieres ser una niña buena o una niña mala, en lo personal creo que hoy quieres ser mala. — puedo sentir su mano dentro de mi falda, sus dedos acarician aquella parte por sobre la tela, sus ojos me miran con el mismo deseo que yo. 

— Siempre voy a querer ser buena con Mommy— sus mejillas no tardan en pintarse y ella no tarda en quitarse su camisa. La ayudo a quitar mi ropa mientras que ella queda como Dios la trajo al mundo, su piel morena con unos pequeños rollitos, sus pechos firmes y deseosos que a cualquiera deja babeando. 

Termino de desabrochar mi sosten para sentir su mirada y luego, poder sentirla a ella, su respiracion queda en mi cuello el cual marca con sus dientes y sus labios humedoz, yo me encargo de su pecho, lo atiendo como tanto a ella le gusta causando que la habitacion se llene de sus gemidos. 

— Segura que quieres ser una buena chica hoy?— su pregunta me hace sonreir mientras la dejo acostada sobre la cama y termino de atar mi cabello en una liga. 

— Solo quiero atender a mi Mommy como se lo merece, dejate llevar.— su cabeza se deja ir hacia atras mientras que me deja el control de poder abrir sus piernas. Mis dedos acarician su entrada la cual se humedece de poco en poco, en cuanto esta completamente humeda me atrevo a jugar con su entrada notando como su espalda se arquea. 

Retiro mis dedos de su zona para llevarlos a mi boca y ver sus ojos dilatarse mas, me bajo un poco para quedar a la altura de su cadera. 

No tardo nada en encontrar su punto sensible para sentir como jala mi coleta causandome una risa, sigo así hasta que sus piernas empiezan a temblar siendo difícil de mantenerse de pie, justo cuando ella gime alto me detengo para separarme y limpiar mi boca.

— Samantha.— su voz sería me hace mirarla notando como su cuerpo sufre de un pequeño espasmo.

— Si, Mommy?—  sonrió para volver a la acción sin esta vez detenerme.


Termino con todo para ver como se levanta para besar mi nariz, sonrió con las mejillas rojas para sentir su mano acariciar mi abdomen.

— Feliz Cumpleaños, Mommy.— digo, sus ojos me miran con cariño. Camino hasta mi baño para preparar la ducha, ella me sigue provocando que tengamos un baño compartido en donde los besos no faltaban.

Para todos, ella era mala.

Pero para mi, para mi era lo mejor que me pudo pasar.

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𝑷𝒍𝒆𝒂𝒔𝒆, 𝑫𝒂𝒅𝒅𝒚 (ʰⁱˢᵗᵒʳⁱᵃ ᶜᵒʳᵗᵃ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora