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Las vacaciones de Navidad empezaron mal. Harry se había despertado la última noche del curso con una visión terrorífica de él atacando al padre de Ron. Arrastrándose por el suelo como un bicho y saltando sobre él una y otra vez. Avisaron a McGonnagal inmediatamente y antes del amanecer los Weasley estaban en San Mungo. 

La última mañana era para terminar de recoger sus cosas y los que quisieran, marcharse a casa. Harry volvió en el tren con Hermione, Neville y los Slytherin. Todos estaban muy preocupados por el padre de Ron. Antes de subir al tren Blaise había llevado a Harry a u lado y le había dado un pequeño paquete. 

- Es un regalo para Ron, por Navidad. Se lo quería dar en persona hoy pero... se lo puedes dar por mí, por favor?- Harry notó que el Slytherin estaba nervioso pidiéndole eso. No entendió por qué pero cogió el paquete y le aseguró que se lo daría a pelirrojo en cuanto lo viera. 

Al llegar a Londres todos fueron con sus familias. Harry y Draco vieron a Nacissa y Remus desde el tren.

Hermione pasó a verlos a Grimmauld Place. Los Weasley habían preferido pasar unos cuantos días en la Madriguera mientras Arthur se recuperaba.

Quedaban dos días para Navidad y Harry seguía sin saber que regalarle a Draco. Al final acabó por pedirle ayuda a Hermione una tarde.

- Herms, necesito tu ayuda. 

- ¿Qué pasa? 

- Necesito que me ayudes a buscar un regalo de Navidad para Draco.

- ¿Tienes un regalo de Navidad para mi?- preguntó. 

- Necesito que me ayudes  a buscar un regalo de Navidad para Draco y para ti. Y bueno supongo que para Ron, Remus y Sirius también- añadió después de una pausa. 

- ¿Tienes alguna idea de que quieres regalarle?- Hermione estaba bastante entretenida con esta conversación. Además, ella también tenía varios regalos que comprar aún. 

- Ninguna. 

- ¿Qué es lo último que le has regalado? 

Harry se quedó pensando y luego se quedó callado. Nunca le había regalado nada. Se dejó caer bocabajo en la cama de la chica. 

- Soy el peor novio del mundo. 

- Estoy segura que los hay peores- dijo Hermione riéndose y dándole unas palmaditas en la espalda. 

Hablaron con Remus y al día siguiente salieron los tres a comprar todos los regalos de Navidad. 

Draco y su madre habían ido a visitar a Andromeda, la hermana de Narcissa y madre de Tonks. Hacía muchos años que no se veían y durante el otoño habían retomado el contecto. Iban a pasar con ella un par de días y volver justo para Nochebuena. 

Para el final de ese día Harry ya tenía regalos para todos menos para Draco. Por suerte su problema se resolvió al pasar delante de una joyería. 

Poco después de que empezaran a ser amigos en su segundo año, Draco dejó de usar un anillo. Le contó que era una reliquia de los Malfoy. Se lo enseñó un día. Era un anillo grueso y pesado con el escudo de armas de la familia grabado. No se lo volvió a poner, dijo que no quería llevar nada de su padre si podía evitarlo. 

Entró a la joyería y estudió todos los anillos de la tienda hasta encontrar el perfecto. Era grueso como su antiguo anillo pero era de plata y tenía una fina línea rodeándolo. A petición suya Remus le enseñó un hechizo y en el interior grabo un dibujo de dos colibrís en pleno vuelo. 

Cuando volvieron a Grimmauld Place buscó la foto que les sacó Hermione durante las prácticas para el baile de Navidad, la única foto que tenían juntos (que no había salido en primera página en el Profeta). Con otro hechizo que le enseñó Sirius la duplicó y lo envolvió todo con papel de regalo verde metalizado y un lacito rojo. 

Hicimos un desastre, cariñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora