Hicimos un desastre, cariño

Daylight

Harry se despertó con Draco entre sus brazos. 

Por la ventana se veía parte de un cielo oscuro indicando que aún era de noche. El pelo del rubio relucía ligeramente por la luz de las farolas que llegaba de la calle. Giró un poco la cabeza y forzó la vista para ver que el reloj digital que decoraba la pared frente a la cama marcaba poco más de las cinco de la mañana. Nunca se despertaba tan temprano. 

Le costó menos de diez segundos darse cuenta de una ligera incomodidad debajo de sus pantalones. Se despertó completamente cuando fue consciente de eso. 

Eso no le preocupaba especialmente. Era joven, tenía las hormonas disparadas y esas cosas raras que le habían dicho Sirius y Remus. El problema era que tenía una erección y Draco estaba a diez centímetros de él. 

El rubio se removió en sueños acercándose más a él. Ese gesto provocó un escalofrío por todo su cuerpo. No quería despertarlo pero sabía que estaba moviéndose demasiado. 

Intentó cerrar los ojos para pensar en cosas desagradables y volver a dormirse pero Draco se volvió a mover y esta vez giró en sus brazos para quedar de frente a él. 

- Buenos días.

- Buenos días, perdón por despertarte. 

- No pasa nada- Draco se acercó más y le dio un pequeño beso de buenos días. Un pequeño beso que se volvió más intenso. 

Harry se estaba poniendo nervioso. Una de las manos de Draco se movió hasta su cintura y él hizo algo que nunca había hecho. Le agarró la muñeca y le separó de él. 

Draco se separó del todo y le miró con confusión. 

- ¿Estás bien? 

- Sí, sí. Estoy muy bien. 

- Estás muy raro. ¿Te encuentras mal o algo?

- No, no. Me encuentro muy bien, demasiado bien. 

Con esas últimas palabras Draco pareció entender lo que pasaba. Harry se quería morir de vergüenza. Eran pareja desde hacia casi un año pero nunca habían hecho nada ni hablado de eso. 

- Mejor vuelvo a mi habitación. Como alguien se despierte y se entere de que pasé la noche aquí Sirius me mata. 

Draco le agarró de la muñeca antes de que pudiera levantarse. 

- Espera. 

Volvió a acercarse a él para besarlo. Con una mano comenzó a acariciar el abdomen de Harry por debajo de su camiseta. Su respiración se entrecortó y cerró los ojos con fuerza. Draco siguió besándole quitándole más la respiración. Sus caricias se hacían más atrevidas y Harry estaba perdiendo la cabeza solo con eso. Uno de los dedos del rubio jugueteó con el elástico de sus pantalones. 

Se separó un momento y Harry persiguió su boca como si su vida dependiera de ello. Draco intentó hablar tres veces antes de poder separarse de él por completo. 

- ¿Te parece bien?- le preguntó. 

Su mano aún jugaba con el elástico de su pantalón y la cabeza de Harry estaba llena de él y de todas las cosas que podrían hacer. 

Volvió a besarle y susurró contra sus labios.

- Sí. 

Draco volvió a sus labios y su mano se deslizó bajo sus pantalones y su ropa interior. Harry necesitó un segundo para coger aire con fuerza porque sentía que podía correrse solo de sentir su mano. Acariciándole, tocándole. Arriba y abajo. Suave y un poco más fuerte.