Penelope Audi piensa qué lo tiene todo a sus 22 años. Cómo vivir a unos cuantos minutos de su mejor amiga, tener un novio apuesto con cuál llevaba 4 años de relación, tener una familia con fortuna, ser recién graduada de la universidad de NYU y mile...
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Me encontraba viendo las nubes perdidamente, solo estabamos a 20 minutos de aterrizar en tierras Francesas. ¿Quien pensaría qué volar de Italia a Francia era como conducir de Nueva York a Nueva Jersey? Sí qué los Estados Unidos estaban muuuy pero muy desafortunados geográficamente. Los eventos después de la carrera fueron un poco desordenados, pero eficientes.
Nos apresuramos al salir del circuito de Imola ya qué la dicha "fiesta" de Daniel era dentro de unas cuantas horas en Monaco. Exacto. MONACO. Lo cuál de alguna manera era algo natural para los chicos, ya qué la mayoría de ellos tenian alguna propiedad ahí o se les facilitaba tomar un jet.
Colectamos las pertenencias del hotel dónde el equipo se había hospedado. Los empleados de la Scuderia Ferrari tenian su propio evento de celebración, el cual ahí se encontraba mí padre también. Por cortesía decidí dejarle un mensaje de voz avisándo qué estaría en una fiesta con algunos de los pilotos y qué nos hospedaríamos en otro hotel.
Mentí un poco... Pero parcialmente había dicho la verdad. Mis padres nunca fueron los padres estrictos, pero al igual, yo fui la hija ejemplo. No problemas, buenas calificaciones, respetuosa y en general, la típica chica buena. Tanto, qué de alguna manera me hacía sentir un poco culpable decir una mentira piadosa para proteger mí privacidad.
Y en cómo todas las historias, ¿Se preguntarán cómo termine en un jet privado? Dos palabras. Charles Leclerc.
Cuando este mismo se ofreció a resolver cualquier asunto para dicha fiesta, no imagine qué involucraría un avión privado. El cuál Charles usa para trasladarse de país en país después de las carreras para regresar a su hogar, Monaco. Puedo contar con los dedos de mí mano derecha las veces qué he abordado una aeronave privada, mí corta experiencia me ayudó a mantenerme cool cuándo Charles me la presento.
Encerio qué estos chicos pueden tener lo inimaginable en esta vida. Y aún así, lo arriesgan todo en la pista casi cada fin de semana del año.
—¿Todo bien Señorita Audi?— pregunta la asafata con su charola de color plata sacándome de mí trans
—Por supuesto, gracias— respondo y Charles inclina su cabeza hacía ella concordando con mí respuesta
—¿Cómo te sientes de regresar a Monaco de nuevo?— pregunta Charles mientras tomaba de su S.Pellegrino
—Demaciado entusiasmada, no sé sí es por el triunfo de Ferrari o porqué ya no soy la típica turista por las calles de Europa— respondo sonriendo, aun sin creer qué estaba a minutos de este precioso país
—Te divertirás esta noche— dice Charles —Dani tiene una vista hermosa, es la casa qué imaginas ver en las películas de Monte Carlo... Y digamos qué hace las mejores fiestas qué cualquier otro piloto—
—Pues nunca he asistido a ninguna otra fiesta de ningún piloto de Fórmula 1– mencionó lo obvio, haciendo qué Charles sonría —Así qué tal vez ya tenía contemplado qué sería una gran fiesta... ¿Debería estar preocupada al respecto?—
