𝕺𝖘-𝕬𝖑𝖇𝖊𝖉𝖔

8.7K 428 123
                                    

«𝓐𝓵𝓵𝓮𝓻𝓰𝓲𝓬»

La mañana del domingo decidiste pasarla a lado del rubio en compañía con su revoltosa hermana menor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La mañana del domingo decidiste pasarla a lado del rubio en compañía con su revoltosa hermana menor.
Sorpresivamente, Mondstadt se encontraba más alegre que de costumbre, como si la alegría de la menor contagiara a todo el pueblo por consecuencia.
Todo transcurrió de manera normal, comieron, y se divirtieron juntos...al menos por el tiempo que duró la paz.

—Se que te molesta pero evita rascarte, se pondrá peor.–La voz suave del alquimista trataba de relajarte un poco.
No sabías cómo, qué o porqué, pero de la nada, al rededor de las cuatro y cinco de la tarde comenzaron a salirte pequeñas ronchas al rededor de los muslos.

El rubio dedujo que se trataba de alergia, la pregunta era ¿Alergia a qué? Nunca antes habías presentado síntomas de alergia y lo que habían hecho ese mismo día ya se había repetido otras veces sin ninguna reacción.

—Albedoooo–Te quejabas por enésima ocasión de el ardor y picazón que había en tu cuerpo.

— Lo se, lo sé. Aguanta solo un poco más.–El joven se mantenía sereno, aunque por dentro estuviese tirando todo a su paso, podía no reflejarlo, pero esto le afectaba en sobremanera.

Con el paso de los minutos y las horas, Albedo termino lo que hacía; una pequeña poción que, si bien no curaba tu alergia, al menos te ayudaría a controlarla un poco.

Al cabo de unas horas, luego de haberse calmado un poco, te quedaste dormida bajo el dulce y suave tarareo de tu acompañante. A la mañana siguiente, todo se veía “normal”, relativamente hablando. Las ronchas ya no estaban y se te veía más alegre por ello, sin embargo, el alquimista aún quiso que quedases en observación.

Cómo Albedo había supuesto, a la media noche habían aparecido nuevamente, esta vez sin dejar dormir a ambos.

—Lo lamento–No podías negar lo mal que te sentías, le quitabas el sueño a Albedo y lo llenabas de preocupación.

—No te disculpes, no es tu culpa.–El rubio deja un beso en tu frente. —Ten por seguro que no descansaré hasta que te hayas curado, te lo prometo.

Al amanecer, el joven se aseguraba de que estuvieras bien, de ves en cuando te miraba con tal de buscar algún cambio notorio.

—Ah, debo pedirte algo, espero no te moleste– Comentó el ojiazul. —Necesito que abras las piernas lo más que puedas.– Si bien las palabras de el rubio no tenían una intención pecaminosa, el simple hecho de escuchar el serio tono de voz seguido del pequeño pero notorio sonrojo que tenían las blancas mejillas del alquimia, no hacía que tu mente tuviera buenos pensamientos al respecto.
Abriste las piernas para darle paso al alquimista, quien cuidadosamente pasa sus manos por los muslos tratando de no incomodarte, estirando de vez en cuando la piel para buscar rastro de las marcas.

—¿Todo en orden?–Preguntaste curiosa, lo veías tan consentrado como si hubiese descubierto algo.

—Creo que tengo el tratamiento que necesitas, sin embargo, las reacciones seguirán hasta por más de una semana. Puede durar hasta dos semanas dependiendo de tu organismo.– Una mueca de alivio se posó en tu rostro, al menos ya era un avance el tener un tratamiento.

Durante la semana, el rubio se encargaba de cuidarte, te mantenia en Espinadragon y evitaba que te cubrieras mucho, ya que el calor generaba más molestia.

Al cabo de semana y media, no había rastro de aquel malestar; sin embargo, el alquimista aconsejó el no comer alimentos con excesivas especias, pues la reacción podía regresar.

—Gracias, Albedo–Los ojos azules claros del albino se clavaron en tu mirada.

—No tienes nada que agradecer, fue un enorme placer el poder ayudar a alguien especial.–El joven de cabellos rubios sonrió de manera dulce hacia tu persona. Brindándote una calidez que no creías posible obtener.

—La próxima vez que te enfermes o necesites apoyo, ven a verme, me alegra mucho poder ayudarte con tal de verte sonreír otra vez.– Las palabras del alquimista caían como baldes de agua caliente que hacían que tú corazón se acelerara. Era bien sabido que Albedo era dulce y amable, pero no podías evitar notar el trato especial que llevaba teniendo contigo desde hace tiempo.

Así, Albedo se despide de tí con un beso en la mejilla, regresando a su trabajo habitual mientras tu imagen con las mejillas rosadas inundaba su mente, sacando inconscientemente una sonrisa para sus adentros.

.
.
.
𝓖𝓻𝓪𝓬𝓲𝓪𝓼 𝓹𝓸𝓻 𝓵𝓮𝓮𝓻

Ay no se que hice KABSKSJSKSJS.
Este fue uno de los pedidos hechos por @A-applxpi
Cómo me dejaste creatividad libre decidí hacerlo de algo por lo que estoy pasando KABSJSKNS
Con esto me despido diciendo que posiblemente Kazuha y Scaramoushe se unan junto con Cyno 😎👌

Este fue uno de los pedidos hechos por @A-applxpiCómo me dejaste creatividad libre decidí hacerlo de algo por lo que estoy pasando KABSJSKNSCon esto me despido diciendo que posiblemente Kazuha y Scaramoushe se unan junto con Cyno 😎👌

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dejo un Kaeya patinador JSJSJSJJS

𝕸𝖞 𝖇𝖊𝖑𝖔𝖛𝖊𝖉~«𝓖𝓮𝓷𝓼𝓱𝓲𝓷 𝓘𝓶𝓹𝓪𝓬𝓽 𝓞𝓷𝓮 𝓢𝓱𝓸𝓽𝓼» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora