Capítulo 10

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Roth Ritcher

Siento mucho calor y una luz que entra desde el balcón me hacen despertar, lentamente abro mis ojos para acostumbrarlos a luz y lo primero que noto es que no es mi habitación y al voltear veo la cabellera rojiza en mi pecho su brazo está en mi cintura abrazándome y una de sus piernas está enredada en las mías.

Muevo un poco su cabello y me deja una vista libre de su rostro, unas pestañas largas y tupidas, alrededor de su nariz se distinguen unas leves pecas, sus labios rojizos se encuentran entreabiertos, todo en ella grita perfección.

Para mí es como una sirena, hermosa, exótica, perfecta sé que estar con ella sería mi perdición como el canto de una sirena. Pero que a su vez no puedes dejar de estar ahí como una polilla que va hacia la luz. Cómo un marinero se deja llevar por el canto de las sirenas.

Toco su espalda desnuda trazando líneas y jugando con su cabello se desparrama libremente.

-Déjame dormir, aún es muy temprano – dice apretándome su agarre de la cintura y esconde su cabeza en mi cuello.

-Sirena tengo que irme antes de que se den cuenta que estoy aquí – ella bufa – como si no se hayan enterado por el ruido que hicimos ayer.

No puedo evitar sonreír, porque follar con ella se sintió como nunca se había sentido, como encajamos a la perfección y como ella disfrutó todo lo que le di.

No quiero irme pero tengo que hacerlo ya que puede que mis hermanos nos hayan escuchado pero mis padres no, ya que su recamara está retirada de este lado de la mansión y no quiero problemas tan temprano suficientes van a ser los reclamos de mis hermanos.

Así que sin más tomo de la cintura a mi hermosa sirena y la volteo quedando arriba de ella, poco a poco abre los ojos y me sonríe.

Hermosa, perfecta y mía.

Me mira a los ojos y pasa su mano por mi mejilla bajando por mi barbilla y termina delineando mis labios.

Su toque me hace sentir una calidez en el pecho y una tranquilidad que me hacen desear muchas más mañanas así de ella y yo.

Dios que estoy diciendo parezco un adolescente enamorado, tengo que regresar a ser yo.

La tomo del cuello y la besó, un beso arrebatador que la hace jadear y yo trato de no suspirar porque su boca es el mismo cielo, de un momento a otro nos hace girar y ella queda a horcajadas arriba de mi.

-Creí que tenías prisa por irte – me dice con un toque de coquetería y haciendo movimientos circulares arriba de mi erección, que me hace gemir.

-Creo que aún tenemos tiempo para darnos los buenos días como Dios manda – ella sonríe y comienza a besar mi cuello da lamidas  y una mordida en mi barbilla me hacen gruñir, se acerca a mi oído y me dice – es momento de que tu disfrutes.

Va bajando dejando besos, lamidas y succiones en mi pecho muerde un pezón y después da una lamida, baja por mis abdominales pasando sus uñas que me hacen erizar la piel y cuando llega a mi V marcada voltea a verme con esos hermosos ojos azules llenos de lujuria.

Se relame los labios y baja lentamente mi bóxer que hace que mi polla salga disparada.

Ella se acomoda entre mis piernas y da una lamida en la punta que me hace aguantar la respiración por la excitación, ella ríe suavemente por mi reacción y sin esperarlo se la mete a la boca y sus labios suaves y cálidos le dan la bienvenida a mi polla que se agranda por la buena que es, lame, succiona juega con mis testículos y se apoya con su mano ya que no le cabe toda en la boca y la mueve de arriba abajo mientras sigue succionando y jugando con su lengua.

Siento que ya no puedo más y voy a correrme en su linda boca así que con mi mano le tomo el cabello en una cola y la muevo de adelante hacia atrás y más profundo y ella gime y yo hago mi cabeza hacia atrás disfrutando de los placeres que me da mi sirena.

Y me corro en su boca y ella lo toma todo y con su dedo lo pasa por sus labios para quitar los restos y lo chupa.

-Delicioso corazón, ahora sí creo que es hora de que salgas antes de que nos descubran tus padres o la servidumbre.

Me da un casto beso en los labios y se levanta de la cama en dirección al baño y yo solo la admito como mueve las caderas y como se ve su trasero perfecto.

Llega a la puerta y gira a verme – nos vemos en el desayuno corazón – me guiña un ojo y cierra la puerta y se escucha el pestillo así que esa es mi señal para mi retirada.

Me estiro en la cama y suspiro, ella es muy buena dando los buenos días.

Necesito más mañanas así.

Tomo mi bóxer me lo pongo, recojo mi ropa que está en el suelo y salgo de la habitación para ir directamente a la mía.

Entro y no me sorprende ver a mis hermanos distribuidos en mi habitación, Reign y Rainer están acomodados en la cómoda de mi cama y Rayen esta en la silla del escritorio todos viéndome con enojo en su mirada.

Este será una larga mañana.







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