Yo intentaba mirar para otro lado mientras, Ricardo acariciaba la espalda de Javi.
El chico ya había parado de llorar pero el pelinegro aún lo seguía sosteniendo contra su pecho, como consolándolo.
Hipócrita.
Sus ojos oscuros se toparon con los míos y mi expresión enfadada se acentuó visiblemente en mi rostro.
-¿Estas celoso?- preguntó mientras describía con sus dedos la columna del joven rubio- Puedo abrazarte a ti también…pero, desde atrás.
Ric, se relamió los labios y yo me erguí en la cama con las manos cerradas en puños.
-¿Cómo te atreves? ¡Yo no soy tú juguete y él tampoco! Ni siquiera sé porque estoy cayendo ante tus amenazas. ¿Tienes miedo de que sea mejor que tú?
Sus ojos brillaron de una manera extraña e incluso juraría que se habían vuelto más negros.
Se levantó y se puso cara a cara conmigo. Javi nos miraba con temor. Pero a estas alturas ya no debía echarme atrás, si tenía algo que decir este era el momento.
-Resulta que sí que soy activo. Siento que no te hayas dado cuenta por culpa de lo condenadamente bueno que soy con mi culo pero, si me dejas, te enseñaré lo increíble que puedo ser en otras cosas. ¿Quién sabe? Incluso puede que aprendas algo de mí.
Ricardo, me retorció el brazo con fuerza para hacer que me girara y me encontrara de espaldas a él. Me dió un empujón y andé hasta caer de rodillas frente al jergón. Su mano me tomó entonces de la cabeza estampándola agresivamente contra el colchón. Intenté moverme pero mi brazo izquierdo seguía inmovilizado.
Empecé a notar su rodilla rozándose contra mi entrepierna mientras mi cuerpo se convulsionaba por culpa del asco y la rabia que, poco a poco, iban mezclándose con el placer que ese hombre me estaba forzando a sentir. Sus movimientos empezaron a hacerse más bruscos conforme iba notando el endurecimiento en mi miembro. Con la mano que me quedaba libre me sostenía con fuerza a la ropa de cama mientras él soltaba mi cabeza para comenzar a acariciar mi pecho y luego ir bajando hasta mis genitales donde empezó a masturbarme lentamente. Unos cuantos gemidos ahogados se escaparon de mis labios.
Mi mente iba perdiendo la fuerza sobre mi cuerpo y el calor estaba empezando a hacerme sudar ligeramente pero, entonces, él me soltó y se alejó se mí.
Cuando recuperé un poco la compostura, me giré para armarle una buena pero me encontré con la mirada de Javi y la sonrisa burlona de ese tipo y lo poco que me quedaba de amor propio, se esfumó.
Cubrí mi rostro con mis manos y allí mismo me eché a llorar, sin poder contenerme.
-Te dije que tenías que aprender cuál es tú lugar zorrita.
Ricardo, acarició suavemente el pelo rubio de mi compañero de cuarto y se despidió con un alegre te veo luego.
El silencio se hizo más dolorosamente presente cuando la puerta se cerró dejándonos solos a Javi y a mí.
Me subí al camastro con la cabeza gacha para no encontrarme con sus perfectos ojos azules. Me tapé hasta las orejas y lloré durante un rato hasta que me quedé dormido con los ojos rojos e inflamados por las lágrimas. Cuando desperté me di cuenta de que estaba solo en aquella habitación. Al lado de mi jergón había una bandeja con un plato de lo que parecía una especie de puré de verduras con algún tipo de pescado, con solo mirarlo me dieron ganas de vomitar. Fui al baño y me lavé un poco la cara, pues tenía los ojos pegados de haberme quedado dormido llorando.
Qué vergüenza.
Ni si quiera de pequeño había permitido que nadie que no fuera mi madre me viera llorar. Salí del baño y me encontré a mí mismo observando el camastro de Javi con dolor. Seguramente ahora le parecería patético y asqueroso.
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Esclavo en su cárcel del placer. (Yaoi/Gay) +18
FanfictionOs traigo una historia que me llegó al alma y por eso he querido compartirla aquí en Wattpad. {Los créditos no son míos, todos los derechos a la autora: Bea13m (En Amor-yaoi)} A mi tan sólo me pertenece la corrección del texto, aunque aún esta en pr...