Capítulo 5

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—Ya lo llevas viendo media hora, se dará cuenta— me advierte Emi dándole un mordiscón a su galletita de chocolate

La ignoro y sigo viendo como su hermoso trasero rebota en el aire cada vez que corre detrás de la pelota. Hoy en éste precioso domingo vinimos al parque, y "casualmente" Gastón se encontraba jugando fútbol con su hermano menor, Gabriel

Que por cierto, si no fuera más grande que él, ya sería mi crush

Me aprendí sus horarios, ¿Cómo? Pues, una vez fui a comprar y pasé por aquí y lo vi, e hice lo mismo por dos semanas para saber con seguridad qué días iba a venir, fueron 12 días viniendo al reverendo ojete ya que solo los domingos se aparece

También sé que tiene entrenamientos los miércoles y los viernes, compartimos cuatro clases juntos: Ciencias, Artes, Matemáticas (en las que es muy bueno) y Literatura. Tiene dos hermanos, uno mejor, Mario de 20 años y uno menos que es Gabriel de 15. Sus padres no están divorciados, tienen bastante dinero, ya que su madre es jefa de una empresa de cosméticos y su padre es agente de viajes, dos personas muy conocidos

Tiene un mejor amigo, Valerio, es parte del equipo de fútbol, corredor, para ser exactos. Tiene un perro, los domingos viene al parque para jugar con su hermano. Mario estudia Leyes en una de las universidades de por aquí, y bueno, eso es todo lo que tengo hasta ahora

Muy vacío mi informe pero okey

Me sobresalto cuándo una goma de borrar se impacta en mi mejilla, me giro hacia Emi con el ceño más que fruncido, ella me mira despreocupadamente

—Deja de mirarlo, si no quieres que se dé cuenta y te tache de loca, entonces deja de hacerlo— 

Hago puchero poniendo ojos de perrito —Pero 'ta más bueno que el pan—

—El pan es malo ¡Engorda!— exclama levantando ambas cejas

—Pero es rico— agrego sonriente haciendola rodar los ojos

—Como sea, solo deja de mirarlo— me apunta con su dedo seria

Levanto las manos —Lo que usted mande, señor— me río

Vuelve a rodar los ojos y sigue comiendo las galletitas, le saco el paquete de las manos ganándome una mala mirada de su parte

—Eyy, esas son mías— me meto como tres al mismo tiempo a la boca

—Pues ya no— hablo con la boca llena

Resopra y saca otro paquete de su mochila. Sep, nos tomamos muy enserio eso de no cagarnos de hambre

Cuando estamos juntas, todo nuestra dinero va para comida, pero pancita llena, corazón contento

Y mi corazoncito está más que contento, si no fuera por Gastón que tiene novia y no puedo pasar mi lengua por ese abdomen, estaría más contenta pero bueno, me conformo con lo que tengo

Peino mi alborotado cabello rojiso con mis dedos intentando que se vea más normal, pero fallo cuando mis dedos se quedan tan enredados en el, que no puedo sacarlos. Luego de varios intentos fallidos, le pido a Emi que me ayude

—¿Algún día te peinas?— pregunta mientras desenreda mi pelo que se encuentra fusionado con mi mano

Suelto una queja cuando tironea fuerte —Tu sabes que peinar ésta cosa llamado cabello ¡Es imposible!— lloriqueo

Seguramente ante la vista de cualquier persona a nuestro alrededor, perece que ella me está sacando los piojos, pero no amigos, desde los 10 años que no tengo piojos

Y agradezco eso, ya que mi padre cada que descubría que tenía, ni siquiera me daba un abrazo ¡Me atrapaba como si tuviera sarna!

Luego de varios minutos y demasiadas quejas de dolor de mi parte, por fin mis manos son libres. Me levanto con una gran sonrisa en el rostro dispuesta a dar mi típico baile de victoria, cuando ¡Pum!

Un simple CrushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora