Capítulo 6

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Bien. Solo evitalo

Es fácil...

Simple...

Pan comido...

Eres patética

¡Cállate!

Muerdo mis uñas moviendo la pierna de arriba a abajo chocando contra la madera de las gradas. Mis ojos se esfuerzan al máximo en solo ver al profesor explicando los ejercicios y no girar hacia Gastón que se encuentra a unos metros de él estirando junto con todo el equipo de fútbol

¡¿Por qué me odias tanto, altísimo?!

—Uno de tus ojos quiere ir a ver el trasero de Gastón— me susurra Emi a mi lado, burlándose

La regañó con la mirada, sacándome los dedos de la boca —¡Estoy intentando no verle el trasero! ¡Perdóname por querer olvidarlo!— suelta una ruidosa carcajada que hace que el profesor, todos nuestros compañeros e incluso parte del equipo de fútbol, la volteen a mirar con el ceño fruncido

Se calla al instante más roja que un tómate —Cuéntenos el chiste, señorita Griffin, así nos reímos todos— el profesor la mira a la espera

Éste siempre intenta humillarnos, nos odia a las dos. Solo por tres razones:

1) No hacemos casi nada en su clase

2) Fingímos tener dolor de estómago para que nos deje ir al baño

3) De vez en cuando le hago preguntas incómodas para ver su cara de odio hacia mi persona

—No, nada— baja la cabeza con vergüenza mi pobre amiga

Aguanto la risa pero al instante en el que los ojos del profesor se posan en mí, me tenso completamente

—¿Y usted, señorita Wilson? Justo hoy tengo ganas de un chiste y supongo que usted es la más capacitada para decírmelo— me sonríe burlón

Viejo hijo de fruta

Sabe que soy malísima para decir chistes

Pero bueno, por lo menos no me hizo saltar en una pierna mientras hacia rebotar una pelota con una mano, como la semana pasada

Doy una bocanada de aire y siento como Emi me toca la pierna, la miro y en sus ojos encuentro un "No te humilles más" pero la ignoro

Sí el viejo quiere un chiste, le voy a dar un chiste

—¿Por qué la gallina cruzó el camino?— se encoje de hombros sin borrar su asquerosa sonrisa —¡Porque del otro lado estaba el gallinero!— todo queda en silencio, hasta veo de reojo que los del equipo de fútbol me miraban con pena, excepto Gastón quién sonreía divertido en mi dirección

Estoy tan acostumbrada a este silencio, enserio

—No tiene gracias, señorita Wilson— se burla el calvo

Lo apunto con mi dedo sonriendo —Nunca dijo que el chiste tenía que ser divertido, solo que quería un chiste de mi parte— su sonrisa flojea por unos segundos pero la recompone

—Pero por algo se llama Chiste, porque es divertido. No es mi culpa que usted no sea chistosa—

—¿Y cómo anda la esposa, profe?— cambio de tema y escucho algunas risas de mis compañeros

Me mira serio y desvía la vista para retomar las explicaciones

Y así, Kasandra Wilson se gana el odio de sus profesores

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—Sabes que te bajará la nota por esto ¿Cierto?— pregunta Emi sin mirarme

Un simple CrushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora