Capítulo 7

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—¡Lo juro, yo lo agarré primero pero ella se metió! Lo único que hice fue pegarle y me la devolvió...— y habla y habla y sigue hablando

Palmer se sentó de nuevo con nosotras (o solo conmigo, ya que Emi se enfermó y no vino) y no, por suerte (y por desgracia, para mi corazón) hoy vino sin Gastón, que extrañamente no e visto en todo el día, pero bueno tengo que dejar de pensar en él ya que terminaré lastimada y cuando me pongo triste lloro a moco suelto, y busco historias con finales tristes para llorar más y escucho canciones melancólicas por semanas y trago comida como poso sin fondo

Y andas enojada con todos

Y éso también

Pero como no tengo ganas de golpear a nadie por interrumpir mi etapa de duelo, más me conviene a mi y a la sociedad que tenga la fuerza de voluntad necesaria para olvidar a ese chico de trasero nalgable 

—Entonces planeo hacer eso para el cumpleaños de Gastón— miro de repente a Palmer por la mención del pelinegro

—¿Qué cosa?— la pregunta sale sola de mis labios sin darme cuenta

Guau, ¿Dónde quedó eso de "Tengo que dejar de pensar en él"?

La ignoro y espero impaciente la respuesta

—El cumpleaños de Gastón es en una semana, tengo planeado toda su fiesta, sus amigos se encargarán de sacarlo de su casa y decoraremos todo para una fiesta inolvidable. Será la mejor fiesta de cumpleaños que alguien le haya echo— aplaude emocionada

Frunso el ceño —¿Decoraremos?— repito incrédula

Ni loca muy a su casa, lo más probable es que si veo el sofá dónde se sienta todos los días, lo termine robando y poniendo en un altar

Asiente sonriendome exageradamente —Tú y Emi están invitadas y quería pedirles si es que me podrían ayudar a decorar la casa— junta sus manos y hace puchero

—Tengo unas cosas que hacer ese día, no sé si es que pueda— me rasco el brazo nerviosa

—Avisame si puedes, pero que sea con tiempo ¿sí?— abro la boca para contestar pero se levanta y toma su mochila sonriendome —Me tengo que ir a las pláticas. Tú encargate de decirle a Emily si es que me puede ayudar con eso ¡Gracias!— ni me deja ni decirle "Adiós" cuando ya se encuentra caminando elegantemente hacia la puerta de la cafetería moviendo su cola de caballo de lado a lado con cada paso

¿Estoy exagerando si digo que me sentí como su asistente? Ni idea

¿Voy o no voy a la fiesta? Lo más conveniente sería no ir, pero ¿Y si hay comida rica? Me muero ahora mismo por un sandwich de jamón y queso con mayonesa, papas fritas, tómate, un poco de atún y lechuga. Uff, cambiaría mi alma por ese sandwich

Gruño para mis adentros al darme cuenta de que estoy considerando la opción de ir. NO voy a ir, no, no iré, me quedaré en mi casa, en mi camita, tapada hasta el cuello pensando en cómo salir de mi bloqueo lector

¿Qué mejor que éso?

Tampoco es como si quisiera ir a ver cómo baila, como sonríe cuando le canten la incómoda canción de feliz cumpleaños, de ver cómo actúa fuera del instituto a una distancia más cercana de lo habitual, observar su trasero con el pantalón que se pondrá que de seguro le quedará de 10... Mejor me voy a comprar algo para comer

Agarro mi bolso y meto el libro que estaba leyendo antes de que llegara Palmer a contarme cómo se había peleado con una chica por un risador de cabello, al asegurarme de tener todo me levanto y camino entre las mesas llenas de adolescentes de 15 a 18 años. Con suma concentración piso las baldosas negras evitando las blancas ya en el pasillo vacío, pero fallo al perder el equilibrio y casi terminar en el suelo

Un simple CrushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora