Capítulo 29.

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—Hasta ahora, lo que sabemos de los demonios es suficiente para controlar la plaga en Corea, pero no para una invasion de millones. Necesitamos contar con la ayuda de las fuerzas armadas...—

—Tendría que comunicarles al respecto señora Son, y esperar la aprobación de las divisiones—

—¡Usted es el presidente de Corea! ¿No puede simplemente decirles que vengan y ya?—

—¿Suena como un cargo importante?...Puedo sugerirlo, estoy seguro de que ellos estarían dispuestos a ayudar—

—Se lo agradezco, de verdad—Murmuró Chaeyoung, mirando fijamente el rostro del presidente, desde una videollamada—Entenderá que esta es la ciudad mas importante del país, protegerla es conveniente—

—Hasta ahora la amenaza de los demonios no ha pasado mas allá de ataques y agresiones—

—Y asesinatos, daños publicos y privados, desapariciones. ¿Está viendo el panorama completo?—

—Trato de hacerlo, pero la reclamación me parece mas una simple amenaza antes de ser una realidad—

Chaeyoung se veía frustrada al notar la indiferencia que la mayoría de políticos tenian con el tema de los demonios. Como era algo dificil de controlar preferían dejarle todo encima a la OCS y fingir que todo iba bien

Se quedó con la mirada perdida por un rato, y su rostro simplemente se mantuvo neutro, como si la empresaria se estuviese distrayendo pensando en algo

—Señora Son, ¿Escucha lo que le digo?—

—¿Uh?—

—Que ya estamos redactando el comunicado a las fuerzas armadas, el ministro de defensa está a favor de usted, recibirán el apoyo que tanto desea—

Sonriente, y con un peso menos encima, chaeyoung asintió con la cabeza, e hizo una reverencia antes de despedirse del presidente. Apenas colgó la llamada, se volvió loca

—¡Muy bien! ¡Si si si si!—Bailaba por todos lados, sin pensar en que la persona que entró su oficina sin avisar la estaba viendo hacer el ridiculo

—¿Ahora que estamos festejando?—

—¡Mina! Yo..yo..este...—Frenando en seco despues de ver a la japonesa, se volvió tan roja como un tomate, y luego recuperó la compostura—Estuve hablando con el presidente—

—¿El presidente?—

—Si, nos apoyará el ejercito cuando la reclamación ocurra—Claro, ahora Mina podía entender porque vio a chaeyoung brincando como loca—Estoy muy aliviada, ya podré dedicarme a los planes primordiales—

—¿Qué consideras como primordial?—

Fue ahora que la coreana presionó un botón en su escritorio y salió una pizarra en la pared de la oficina, mostrando un papel azul marino con el diseño de una pistola trazada de blanco

—Armas capaces de calentar tanto el metal como para convertirlo en plasma, y despues dispararlo—

Mina se acercó para ver el plano que tenía su compañera, pudo notar como habían varias flechas apuntando los mecanismos de la pistola, y asintió con la cabeza, creyendo que Chaeyoung tenía un buen planteamiento

—Será dificil hacerlo una realidad—

—El primer diseño ya está listo, de hecho—Contestó, buscando en los cajones de su escritorio el primer prototipo, que por la manera en que lo sostenía, se notaba que era pesado

Devils servant (Twice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora