Aprendiendo a vivir III

35 14 0
                                    

Mis ojos se abren y mi visión se acostumbra a la luz de la habitación, la mía.

—Duele duele duele—.

Siento mi cara hinchada y pesada como si me dieran una paliza... Momento ¿Algo así pasó realmente?

Al palpar mi cara con mis manos siento la hinchazón y el dolor al tacto.

Esa mujer me dio una paliza, recuerdo como sus puños impactaban en mi cara... Aterrador.

No tenía idea de que en el exterior existían humanos tan agresivos, esa violencia no es para nada agradable.

Hasta mis labios están hinchados.

—Despertaste, siento lo que hizo Estrella... No la odies por favor ella tiene problemas de personalidad desde que mi esposa murió, por eso te pido disculpas—. Liam a un lado de mi llama mi atención.

¿Murió su madre? Vaya, no puedo imaginarme algo como eso mi madre es lo único que tengo si le pasara algo a ella yo...

No quiero siquiera pensar en eso.

Algo destaca de su cara, es cierto que se ve triste y avergonzado de lo que sucedió pero no es solo eso, en su mejilla tiene una marca roja de una mano.

Mis ojos se posan fijo en ese lugar y Liam lo nota.

—Tu mamá tiene una mano muy pesada—. Comenta entre risas.

Es la primera vez que veo esta faceta de mi madre, bueno no la vi pero si las consecuencias de ello.

Mi madre estaba presente en aquel momento ¿Cómo reaccionó cuando me golpearon?

Tengo que tener cuidado con ella, en lo posible no hablarle si comenta con desdén sobre la magia lo pensaré dos veces antes de enfrentar su opinión, teniendo en cuenta que me romperá la cara nuevamente.

Han pasado muchas cosas en tan solo dos días, cosas que imaginé nunca ser capaz pasaron en contra de todo pronóstico.

Ya no me conozco.

—Pero esta es una oportunidad para mostrarte algo, tal vez ya lo conozcas por tus lecturas, se trata del hechizo [Curar]—. Declara al acercarse.

Por su puesto que la conozco es una rama del elemento agua... No, es un hechizo.

—Si, sé sobre él—. Murmuro viendo sus ojos.

—Si quieres aprender te lo mostraré—.

asiento tras esta oferta dicha por aquel mago humano, sus ojos brillan al hablar de la magia es igual que yo.

Pero un adulto.

—El canto es algo largo, puedes escribirlo si quieres... Oh lo siento... Olvidé tu edad—. Se retracta.

—Se leer y escribir, además de cálculo básico—. Le respondo.

Solo quiero que lo tenga en cuenta, soy autodidacta me las apaño para aprenderlo todo solo pero la mayoría de las cosas que sé se debe a mi deseo de leer los libros de Kendall.

Claro y querer aprender magia.

En los libros se usan listas de niveles en los cuales es necesario calcular para entender, es una lista complicada.

—... No es necesario que mientas, te asistiré en lo que necesites—. Mientras acaricia mi cabeza.

Padre e hija son diferentes en su totalidad.

Aunque Liam es amable lo siento incapaz, una personalidad de falta de control en su rol como padre.

Tal vez no es amabilidad, es inseguridad lo que puedo ver.

¿Por qué?

—Muy bien, comencemos con la demostración—.

Él toma un báculo simple de madera sin mucho detalle casi parece un palo de madera del tamaño de su pierna excepto por su parte alta con una forma de nudo prismático, a pesar de su cayado bien hecho la parte de la asta (el palo) se ve degastado.

Debió usarlo varios años.

—Tu que posees el poder de otorgar vida a quienes son merecedores tu pureza, cede tu poder y el sana las heridas—.

[Curación]

¡Un canto! ¡Por fin conozco un canto! Es algo largo espero recordarlo.

Siento como todo mi rostro esta empapado en agua que cae al suelo goteante, unos segundos después el dolor se desvanece junto con la hinchazón.

Solo pude exclamar una única cosa.

—Asombroso—. Mientras acaricio mis inexistentes heridas.

Incluso doy leves cachetazos para examinar su capacidad curativa y nada, ya no hay heridas.

Aún no comprendo como un hechizo de agua es capaz de curar heridas siendo el elemento luz quien se encarga de esta tarea.

Muchas preguntas entran en mi cabeza pero no respuestas.

—¿Te duele?—. Pregunta él.

—No... No me duele—. Murmuro entre risitas

Estoy tan sorprendido y feliz que comienzo a reír de la emoción, mis deseos de aprender algo tan majestuoso solo crece.

Ahora que lo pienso, puede curar el golpe hecho por mi madre por lo que creo que es trampa.

Curar heridas no es la gran cosa... Según los libros, no creo lo mismo.

Un solo hechizo de nivel 1 como el de [Curar] pueden hacer cosas increíbles como esta... Y solo fueron unos segundos.

—¿Puedes hacerlo sin el canto?—. Pregunto.

—Ah... Emm... Con algunos hechizos puedo acortarlo a solo el nombre pero... Sin canto alguno es imposible por ahora—.

—Entiendo—.

No tocare el tema parece incomodarle.

. . .

Lo interesante ahora es que al ir a la cocina junto a Liam mi nuevo mentor, en la mesa yacia una humana tranquila junto a Tae.

No solo estaba en calma sino que...¿Cómo explicarlo?

Un Lobo intimidando a una presa que no quiere comer, un león jugando con un ratón. Madre se ve intimidante y Estrella intimidada.

Eso es imposible ¿Cierto? Mi madre es amable y una mujer comprensible es imposible que...

Mi mente se torna en blanco al notar en la mejilla de la niña que me partió la cara a base de puñetazos una marca de una mano al igual que su padre.

Ambos comparten el mismo estigma de una mano colorada.

¿Qué fue lo que pasó?

El libro de Kendall: primero añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora