Capítulo V

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"Estoy completamente de acuerdo.".

Habían sucedido muchas cosas desde la llegada del señor Park y Sunghoon a la comarca, todas relacionadas al baile. Pero a Ana solo le importaba una: tener compañía en cada baile. Y no necesariamente un hombre -por mucho que le gustaran-, cabe aclarar.

"Pues yo no." dice Ariana con convicción. "¿Desde cuándo estás de acuerdo con las ideas de tu madre?.".

"Desde que sus ideas me benefician." responde Ana casualmente, encogiéndose de hombros. "Además, es solo un baile. Tú misma lo dijiste.", una sonrisa surca sus labios, sabe que saldrá ganando la pequeña disputa.

"Por supuesto que es solo un baile, pero para personas como para ustedes. ¿Qué parte de 'soy la criada' no entendiste?" dice, aunque no está preguntando. Ariana no está realmente molesta, solo un poco abrumada con tener que participar en este tipo de actividades.

La primera fiesta de la floración se celebraría la noche del sábado en la casa de los Lee, tenían menos de 36 horas para el gran evento. Habían pasado exactamente cinco días desde que llegaron los dueños de casa, pero esa no era la novedad; sino que unos días después (ayer, para ser más exactos), habían llegado dos jóvenes desde la ciudad, los hermanos Yang Jungwon y Niki, para estrechar lazos ahora que estarían trabajando de la mano con Park Sunghoon.

A Ana le había desagradado -mucho- la seguridad con la que el mayor (de los hermanos, no mayor que ella) había declarado su propósito de estrechar lazos en medio de la floración.

"Ni siquiera tengo la vestimenta adecuada para ir.", se queja Ariana.

"Claro que sí.".

"Claro que no.".

"La que utilizaste para la confirmación de los mellizos.". Ariana abre la boca, pero la vuelve a cerrar. Ladea la cabeza y mira hacia arriba como intentando atrapar su idea en una nube. Lo intentó una vez más, pero no tenía nada para refutar. Diablos, Ana tenía razón, sí tenía algo decente para vestir, al menos para la primera fiesta. Ya pensaría cómo librarse de las otras.

Ana contiene las ganas de soltar un agudo 'te dije' cuando Ariana se queda sin palabras. Tenía un plan en mente: irían a todas las fiestas que su madre quisiera, cruzaría una o dos palabras con el chico Yang y se quedaría el resto de la noche cotilleando con Ariana sobre los demás asistentes, la música, la decoración y ¡oh!, por supuesto que aprovecharía para comer todo lo que pudiera. Mientras no le ofreciera un trago, estaría bien, no tiene cabeza para el alcohol.

"Bien, tú ganas." Ariana rueda los ojos, rendida, y Ana sonríe amplio. "Siempre gano.", le dice con sorna.

"¡Es que eres absurdamente consentida!", parece que esa noche Ariana no va a parar con las quejas. Extraño porque siempre es Ana quien refunfuña por cualquier cosa.

Ana ríe fuerte dando palmadas mientras Ariana termina de secar el piso que Ana había dejado mojado después de su baño. "Es tu culpa", le dice, "me tratas como si fuera tu hermana pequeña, eres quien me consiente". Rueda los ojos una vez más, a este punto debe haberle generado un dolor de cabeza.

"Eres prácticamente mi hermanita.".

"Soy como-", a marzo, a abril, a mayo, Ana cuenta con los dedos. "Tres meses menor que tú, nada más.".

"Eso me hace tres meses más experta. Supéralo." .

"Esta discusión no nos llevará a algún lugar.", se queja Ana, regresando los roles a su normalidad.

"Si te frustra es suficiente premio para mi.", se burla Ariana.

Esta vez es Ana quien rueda los ojos. "Solo-", Ana termina de cepillar su cabello y une su mirada con la de Ariana a través del espejo. "Sé que no quieres ir, pero por favor, solo prométeme que estarás conmigo.", sus ojos tiemblan, imperceptible si no la conociera tanto. "Por alguna razón siento como si muchas cosas fueran a cambiar después de esta fiesta.".

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⏰ Última actualización: May 27, 2021 ⏰

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