Capítulo IV

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Después de la que consideraba la cena más extraña que había tenido con su familia, Ana fue a contarle a Ariana lo que había pasado. Una extraña sensación de que algo malo podía pasarle a su padre y a su hermano se había instalado en su estómago, así que contarle a Ariana parecía una buena idea. Tal vez si lo decía en voz alta se daría cuenta de lo absurdas que podían ser algunas historias.

"No recuerdo bien.", comenta Ana cuando Ariana le pregunta cuándo habían dejado de suceder esos casos de los viajeros atacados por chupasangres, "Nosotras debemos haber sido niñas, tal vez teníamos cuatro o cinco años. Fue antes de que llegaras, no mucho, pero antes. Estoy segura.".

Ambas están echadas en la cama de Ana, sin tener sueño realmente como para irse a acostar, que saben que les espera un día ajetreado a la mañana siguiente. No es la primera vez que Ariana escucha esa historia. Honestamente, está bastante feliz de que haya sido antes de que ella llegara. "Sabes," le cuenta a Ana, "me alegra que todo eso sea solo una historia ahora. Creo un poco-", se detiene y ladea la cabeza dispuesta a corregirse a sí misma, "Creo bastante en lo sobrenatural. Digo, no podemos ser los únicos seres que existen en el mundo, ¿no?" mira a su amiga al terminar.

"Cállate, no~" Ana comienza a quejarse, "Se supone que me digas que son un montón de historias tontas, ¿cómo se supone que voy a poder dormir ahora?". Ariana suelta una risa baja por la frustración de Ana, siempre le parece muy divertido cuando se queja de algo.

"¿Para qué me cuentas si no quieres que opine?"

Ana rueda los ojos, "¿Acaso alguna vez has visto algún ser o una situación así de sobrenatural? Cómo podrías creer en algo que nunca has visto." le refuta.

Un recuerdo fugaz de su propia mirada, considerada antinatural por su madre, cruza rápidamente entre sus pensamientos; sin embargo, se esfuma tan pronto como llega. "Creemos en Dios y nunca lo hemos visto, ¿por qué no creer en los chupasangre?" en cambio dice.

"Dudo que Dios estuviese de acuerdo en temer a esas criaturas; además, los milagros son la prueba de que Dios existe." Ana defiende su idea.

"Si los milagros son la prueba de la existencia de Dios, los ataques a los viajeros son la prueba de la existencia de los chupasangre." argumenta Ariana. "¿Estamos teniendo un debate teológico ahora?".

Ana hace un ruido, restándole importancia, "Nada de lo que digas me hará creer en eso, por el bien de mis horas de sueño. Por cierto, ¿tú no vivías en una iglesia? Te vas a quemar la próxima vez que vayas a una, pecadora."

Eso definitivamente hizo que Ariana ría fuerte, "¡Eso fue hace muchísimos años! Ni siquiera recuerdo al padre Miguel, a las justas sé su nombre porque tu padre lo menciona cada vez que regresa de la ciudad."

"Cierto." reconoce Ana, "Tal vez deberías ir a visitarlo alguna vez, mi papá dice que siempre pregunta por ti.". Pero Ariana niega ante la idea, "¿Para qué iría a la ciudad? No quiero toparme con seres raros en el camino" se burla de Ana.

"Cállatee~" Ana patea debajo de sus sábanas para empujar a Ariana, haciéndola reír y por fin dejando el tema atrás.

Ariana se levanta de la cama, "Ya, ya. Me voy". Está recogiendo las almohadas que cayeron por el movimiento cuando Ana le pide que se quede con ella esa noche, duda poder dormir. "Bien," acepta, "pero vamos a dormir ya que mañana tengo que arreglar todo para la llegada de tu padre y tu hermano."

"Todavía faltan varios días para eso." le recuerda Ana. Ariana asiente en acuerdo, "Sí, pero tu hermano regresa después de varios meses, habrá bastante para arreglar en su habitación. Por suerte las chicas han mantenido el polvo lejos en este tiempo." le comenta y se acomoda para por fin dormir.

Holy blood || Jungwon || Jay || Enhypen ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora