Capítulo 2.

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Seis meses.

Helmut se las arreglaba sin su alfa, aunque tuvo que vender la mayoría de animales, pudo conservar unas cuantas gallinas y dos vacas, alguna vez había leído que ellas tienen mejores amigas, y no tenía corazón para separarlas.

Evitaba la ciudad lo más que podía, no sólo porque le recordaba a James más de lo que le gustaría admitir, pero porque tenía miedo de que lo reconocieran como un alemán.

Su padre lo visitaba dos veces al mes, esto le daba el suficiente tiempo de reunir las energías necesarias para no verse como un cadáver.

Había sobrevivido sin James, y aunque le cuesta admitirlo, sabe que si tuvieran un lazo no hubiera aguantado ni un mes, nunca gozó de buena salud, y si la ausencia de quien su cuerpo identificaba como su compañero era dolorosa, un lazo roto simplemente lo hubiera matado.

Es temprano, o tarde, realmente no lo sabe, desde hace tanto que solo duerme, soñando que la guerra a acabado y su esposo está de nuevo junto a él.

Decide que es suficiente autocompasión cuando la nevera está prácticamente vacía y no puede seguir postergando su visita al pueblo.

Se viste con un pantalón cafe, y una camisa de lino sencilla, botas altas, un suéter y gorra de Bucky que le quedan ridículamente grandes. Sale de la casa con una canasta de huevos frescos y una maleta de cuero.

Lo primero que hace al llegar a la ciudad es ir a la oficina postal, le han llegado tres cartas, de James, las guarda en su maleta con cuidado, casi como si tuviera miedo de que desaparecieran.

Después de cambiar los huevos por un poco de carne y una visita rápida a su padre, decide visitar a su amiga Natasha.

Natasha era su amiga desde que piso suelo norteamericano por primera vez, ambos refugiados encontraron un amigo en el mundo cuando todos parecían odiarlos por crímenes que no cometieron. Fue por él que ella conoció a Steve, su alfa y el mejor amigo de Bucky.

Ambos en la guerra. La guerra. El estómago de Helmut se revuelve al ver la bandera en la puerta "Alfa en servicio".

Cuando entra a la pequeña panadería ve a Natasha acomodando unos cuantos panes recién hechos en las vitrinas.

"Huele delicioso"

"Y sabe delicioso"

La omega se voltea, dejando lucir su panza de siete meses de embarazo, y es por eso que Helmut no viene a la ciudad, ni habla con nadie.

Steve y Natasha sólo se casaron un mes antes que ellos, y la omega lucia su marca sólo un día después, habían anunciado un embarazo antes de que los alfas partieran. Tan rápido.

Helmut trataba de no pensar en eso, sólo habían estado juntos durante una semana y reconocía que su cuerpo aun era joven, pero su mente siempre se encargaba de recordarle que era un omega defectuoso, sin marca y sin cachorro.

"¿Haz recibido las cartas?" Helmut asiente apartando la vista, tiene la sensación de que ha mirado por demasiado tiempo.

"He recibido tres, una por cada mes" se acerca al mostrador y Nat también, tiene su pedido habitual preparado, casi como si supiera que el menor vendría ese mismo día.

"Escuche que vamos ganando, solo seis meses más cariño, si es que no deciden retenerlos más tiempo."

La voz de la pelirroja no demuestra emoción y una ola de culpabilidad ataca a Zemo, ¿acaso no veía lo mal que lo pasaba su amiga? Es cuando nota los surcos negros debajo de sus ojos y como su cabello ha perdido brillo.

"Solo seis meses más Nat."

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Cuando llega a casa ordena todo cuidadosamente, se toma un tiempo para hacer su cena y tomar una ducha larga, quiere estar relajado cuando lea las cartas de James.

Su James, cada noche trataba de recordar como se sentía dormir en su pecho y su labios sobre los suyo.

Cuando está en cama vestido (usando la ropa de Bucky, claro) saca de su cómoda la caja de metal donde tiene guardada cada carta que James le ha enviado, el primer mes fueron cuatro, luego dos y luego paso un mes en agonía sin recibir noticia alguna, temiendo la visita del sargento en su puerta en cualquier momento.

Había recibido un recado corto al principio del cuarto mes.

"Estoy bien, te amo. James."

Suficiente para calmar su corazón.

Leyó cada carta con detenimiento, sin prisa, admirando la letra desprolija de su esposo, sonrió al recordar como siempre tenía que adivinar que decía la lista de compras de Bucky aunque el mismo alfa la haya escrito.

Cuando llegó a la última carta su sonrisa se borro por completo, y lágrimas tramposas escurrían por sus mejillas.

Su aniversario de seis mese de casados fue hace una semana.

"Encontré un momento para escribirte, mañana caminaremos hasta la próxima base pero no podía desperdiciar la oportunidad de decirte que te amo, y feliz aniversario.

Hoy miro a la luna como mi consuelo, pues sé que tu la miras también, toma algo del dinero de emergencias y cómprate algo bonito, y flores, te ves hermoso rodeado de flores.

Desearía poder llevarte a cenar para celebrar tan especial ocasión, pero me temo que llegaría un poco tarde.

Te mereces el cielo, espero que aceptes mi humilde obsequio, es lo mejor que pude conseguir en medio de la nada

Estoy bien. Te amo, James."

Toma el segundo papel doblado que hay en el sobre, es un dibujo a lápiz de él, rodeado de flores, puede ver que James lo ha retratado con el cabello más corto y se da cuenta que no lo ha cortado desde que se fue.

Llora tan fuerte que duele y abraza la hoja de papel de una manera que siente que la meterá en su pecho.

A la mañana siguiente, enmarca el dibujo en uno de los tantos portarretratos que fueron regalos de su boda.

Lo coloca en su mesa de noche, junto a la foto de su boda.

The Ghost of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora