- Había pensado en renovar tu estilo, todo lo contrario, empezando por tu rojizo cabello.
- Ah... ¿Mi cabello?
- Sí, ahora será negro. Tranquilo, no es necesario pintarlo, aunque una peluca es algo muy peligroso así que... – Fue interrumpida por mí.
- ¡No, no, no y no!
- Amor, el jabón de baño, ¿puedes pasármelo?
- Ya voy Henry, espera tantito Arturo.
- Ok.
Luego de medio minuto.
- Como te decía, este es el estilo que pensaba. Algo alternativo, tu eres muchacho de pueblo, común y silvestre, quiero ahora que seas como los típicos muchachos de Bellas Artes, ya que, vas a vivir aquí de ahora en adelante, y necesitas comportarte como tal, deberás hablar mejor, tendrás que culturizarte, que se yo, pintar, tocar algún instrumento, hacer amigos, y cambiar tu particular forma de hablar.
- ¿Qué tiene mi forma de hablar?
- No es Fancy para nada.
- ¿Qué es "Fancy"?
- Olvídalo, luego te diré.
- Anda, dime de una vez.
- Lujoso.
- Ah... ¿Pero qué vas hablar tú? Sí eres tosca, lanzada y, ¿cómo rayos vives aquí? – Me volvió a dar otra cachetada.
- En primer lugar, cuidado como me hablas, que hasta techo te estoy brindando.
- ¿Qué estas diciendo amor? – Se oía del baño.
- ¡Cállate Henry!
- Ok. – Respondía como si nada.
- Y, en segundo lugar, no me has visto en acción, a parte, no te incumbe como y porque vivo aquí, ahora, concéntrate.
- Ok...
- Mira, pensé en este look: chaqueta negra, suéter de rayas negras, lentes...
- ¿Por qué lentes?
- Porque estos nenes intelectuales, casi siempre usan lentes.
- Ok.
- Bueno, jeans, botas negras.
- Me gusta las botas negras, aunque no he tenido el suficiente dinero para comprarlas.
- ¡Jamás hablar de carencias! Tampoco alardees mucho, lo suficiente, solo háblales de música, tenis, habla mal de Estados Unidos, ellos se creen mejor que ellos.
- ¿Son comunistas?
- No, pero, prefieren Europa que América.
- Entiendo.
- Aja, mira, sus fines de semana son de paseos por Florida, un baño en la piscina del Country, presumir sus coches viajando a la playa. De vacaciones suelen ir al mediterráneo o toman un crucero por el Caribe por lo general.
- Entiendo.
- ¡Ah! Deja de decir entiendo.
- Ok.
- Ah... Respira profundo Úrsula.
- Pues, no tengo que decir.
- Ok, entonces mejor escucha. Creo que me quedan algunos tintes por ahí, déjame revisar.
- Amor, pásame el shampoo por favor.
- ¡Por el amor de Dios Henry! Verifica bien que te vayas para el baño antes de entrar.
- Lo siento amor.
- Amor, amor, puro amor, ya voy. – Le entrego el shampoo, reviso sus gavetas y encontró los tintes. – Prosigamos joven.
- ¿Cuándo me pintaras el cabello?
- Ahora mismo si quieres.
- Ah...
- Pero, si no quieres esta bien, deja y consigo unas pelucas y asunto arreglado.
- Esta bien. – No estaba tampoco tan de acuerdo con eso, pero, era lo más cómodo.
- Entonces, saldré a comprar las cosas, ya vuelvo. Conócete con Henry. Cuéntale todo.
- ¿Qué?
- Sí, el no muerde.
- ¿Qué dices amor?
- ¡Henry! Tu te estabas bañando, ¡concéntrate en lo tuyo!
- Ok amor.
- ¿Ves? Es un sol.
- Ursu, ¿me vas a dejar solo con ese mocoso?
- ¡Henry si no tratas bien a Arturo te mato!
- Ok amor.
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Diario de Arturo
Teen FictionUn muchacho problemático con poca educación decide emprender un viaje hacia una gran ciudad dónde vivirá situaciones pintorescas y de persecución policial.