O mía o de nadie | Levi x Reader|| +18

５° ~✦Mis felicitaciones✦~

POV  ___(t/n):

Descansaba en la rama de un árbol, estaba exhausta, usar el equipo de maniobras tridimensionales me hacía sentir libre, y a veces esa libertad se me subía a la cabeza impidiéndome darme cuenta  de lo cansada que estoy.

Mientras reposaba, pude nota la mirada del capitán puesta en mi, al principio intenté ignorarla, hasta que con su MDD3D subió hasta donde me encontraba.

-Cadete. -dijo mientras subía

Me puse en pie e hice el saludo de la legión

-¿Si capitán?

-Descansa... -ordenó para que yo después dejara de tensar mis músculos y me pusiera más cómoda.

-¿Que desea? -pregunté

-Lo has hecho bien... Estás dentro del escuadrón... -alzó su mano como si quisiera acariciar mi cabello, pero antes de hacerlo la apartó y se retiro con prisas.

Cuando se marchó, mi rostro quedó levemente sonrojado y una sensación cálida invadió todo mi pecho, otra vez... Me he vuelto a enamorar de él...

Al cabo de un rato, subimos a los caballos para dirigirnos al cuartel, durante todo el trayecto, no pude quitarle los ojos de encima al capitán, él de vez en cuando se volteaba levemente para ver como iba y me atrapaba observándole de reojo, lo cual hacía que mis mejillas se rosaran.

Desmonté de mi caballo y lo llevé a su establo, lo cepillé y le di de comer para luego retirarme a mi dormitorio.

4 años antes...

-¡Mal! -exclamó golpeando la cabeza de su discípula.

-¡Eso duele! -se quejó ___(t/n).

-Tienes que aprender a mantenerte firme y recta, Ya te lo he dicho ¿no? -dijo cruzando los brazos. -De otra forma no conseguirás contrarrestar los ataques de tus enemigos y te comerán viva. ¡Otra vez!

-Si! -exclamó.

Luego de los entrenamientos, ___(t/n) se encontraba limpiando la casa a fondo para después cocinar, era otra forma que tenía de agradecerle a su maestro Akiro Ueda por todo lo que había hecho por ella.

POV Akiro:

Me fascina como aprende de rápido esta niña, recuerdo como si fuera ayer la primera vez que la vi, un pequeño cachorrillo indefenso abandonado que lloraba sin que nadie se detuviera a consolarla. Me acerqué a ella y me fulminó con la mirada, para ser una enana tenía un buen carácter, aún así, no dejó de parecerme tierna, no malinterpreten, es demasiado joven para mi. Al final accedió a venir conmigo, para un ex soldado de la legión de reconocimiento una compañía como esta no me haría daño, pensé. Ese mismo día, devoró 4 platos seguidos de comida, ¿Hace cuanto no probaba alimentos? Me preocuparon mucho las condiciones en las que se encontraba, heridas por el cuerpo y rozaduras por las muñecas y tobillos más algún pequeño tumor en su espalda y abdomen,  pese a todo eso se recuperó rápido. Ahora cocina, limpia, cose y sabe luchar como lo harían los veteranos; por desgracia, mis limitaciones físicas provocadas en una misión fuera de las murallas, me impidieron seguir con mi trabajo como soldado y retirarme de mi oficio, en estos momentos, no puedo instruir a la pequeña como me gustaría hacerlo. El año que viene, cuando se aliste a la legión, podré ver si realmente mis esfuerzos dieron sus frutos.

- ¡La comida está servida! -exclamó la pequeña

-¿Que comeremos hoy? -ya lo sabía, mi intuición para detectar alimentos nunca fallaba, además de que soy un hombre muy conversador y si no le preguntaba ahora, no me hablaría hasta pasada la hora de la comida.