O mía o de nadie | Levi x Reader|| +18

１１°~✦Expedición Ⅱ, Alcohol✦~

POV ___(t/n):

Me encontraba cabalgando con mi caballo. Desde mi "escapada" el capitán no se había separado de mi lado. Le convencí para que me dejara ir donde Mike y su escuadrón se encontraban y el accedió tras interminables súplicas.

La zona donde las bengalas rojas salían disparadas por jinetes ya era visible. Atravesamos unas pocas edificaciones que antes eran habitadas por gente de buena fe.

Más adelante, pudimos divisar la figura de dos titanes, ambos de diferente tamaño: uno era de 4 metros de altura, el otro de 13. Ambos se dirigían a por los jinetes que intentaban luchar contra ellos impidiendo que rompieran la formación.

Busqué con desesperación la figura de mi amigo. La encontré. Estaba usando el equipo de maniobras tridimensionales, tratando de salvar a uno de sus compañeros del titan más pequeño.

-MALDITA BESTIA!!! TE MATARÉ!!! -gritó Mike concluyendo con un corte casi perfecto en la nuca del titan.

Al ver como este no se desplomaba, quedó incrédulo, pues pensó que su corte había sido perfecto y había alcanzado la zona débil del monstruo.

El titán de 13 metros agarró a Mike por una de las piernas, haciendo que mi vello se erizara.

-Aaaagh!!! -exclamó.

-MIKE!!!! -dije alzándome de mi caballo, enganchándome a uno de los edificios derruidos mientras mi nombre era mencionado por el capitán.

Me paré encima de este, analizando la situación. Dos titanes, dos personas en apuros apunto de ser devoradas. ¿Qué hacer en un momento así? En el ejercito te preparaban para todo, para todo menos esto. ¿Cómo actuar en estos casos?

¿Ayudar dependiendo de tu relación personal con dicha persona, o dependiendo de sus habilidades de cara a la salvación de la humanidad?

Mi mente recordó la pérdida de mi madre y hermano, ¿Quería acaso volver a experimentar aquella sensación de vacío y soledad?, ¿O quizás la culpabilidad me traicionaría?

Ya apunto de ver como Mike iba a ser devorado por el titan, me lancé a su rescate, olvidándome por completo de mi otro compañero.

Así pues, me avalancé a la nuca del titán de 13 metros, rebanando y haciendo que se desplomara en el suelo.

Mis ojos pasaron por el segundo titan y percatándome de que todavía no se había comido al jinete, me lancé a por él.

Gastando todo el gas que tenía traté de llegar, juro que lo intenté, pero al momento de enganchar mi equipo de maniobras en el cuerpo de la bestia, esta engulló al soldado, y lo último que pude ver fue su cara de desprecio hacia mi por no haberle rescatado.

Con mis botellas de gas vacías y el corazón cargado de culpa, me dejé caer sin tan siquiera haber matado al titan.

Este me tomó entre sus manos antes de que yo tocara el suelo. No opuse resistencia, tampoco podía hacerlo, no me quedaba gas, y mis oportunidades de vivir eran escasas.

Sin esperanza y sin emoción, dejé que mi destino fuera sellado por la mandíbula de aquella horrible bestia.

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Mi cuerpo realizaba pequeños movimientos, el olor a hierva mezclado con un agradable aroma que no reconocía me hicieron despertar, haciendo que me incorporara con rapidez.

La cabeza me dio vueltas, mientras escuchaba un leve siseo por parte de una voz masculina que me pedía que me calmara y volviera a tumbarme.

Confusa, miré a mi alrededor. ¿Acaso no había sido devorada por el titán? ¿Acaso lo había soñado? No era ninguna de las dos cosas y a la vez eran ambas.