«Había algo en su mirada que era atrayente, pero solo eso. No podía fijarme en nada más porque ella solo era alguien que debía proteger»
Klaus
Al día siguiente, tan pronto como él se levantaba para poder aprovechar el día a día, se fue a hablar con Ágata. Ya que había visto que la joven se encontraba con la luz encendida de su despacho con la puerta media abierta a las 7 de la mañana.
Klaus, ya bien vestido y tras poder entrar gracias a que el guardaespaldas de Ágata no le pedía documentación, llegó hasta el despacho y tocó varias veces antes de abrir del todo dicha puerta.
Un «adelante» se escuchó tras ese lugar.
El guardaespaldas entró con una carpeta en mano y cerró la puerta para luego llegar hasta la mujer para entregarle la carpeta. Tras saludarse formalmente, Ágata comenzó a mirar la carpeta, leyendo el currículum de algunos guardaespaldas que Klaus le estaba recomendando y asentía mientras veía, admirada, lo buenos que tenían que ser en su trabajo.
—Son los mejores, señorita Conte —aclaró el alemán con aquella voz grave y profunda.
Ágata, que se había quitado las gafas que a veces se ponía y lo había mirado con mirada cansada, elevó la ceja y preguntó;
—¿Has trabajado con ellos? —tuteó.
Pero Klaus no tuteaba a cualquiera.
—Si. Algunos los conozco del ejército, pero trabajamos juntos en seguridad.
La joven volvió a echarle un vistazo a todas aquellas fotos de sus futuros protectores y Klaus tenía razón. Debían de ser buenos.
Mientras que ella seguía mirando cada hoja, el alemán no pudo evitar mirar a la española, observando los rasgos de ella, aquellos labios carnosos e irresistibles, por no hablar de la belleza que poseía. Klaus tragó saliva mientras miraba hacia otro lado para fingir que no la miraba a ella y así seguir con su trabajo.
Ella dejó la carpeta sobre la mesa, cerca de su ordenador y dijo;
—Vale. Todo lo que necesites —dijo—. Lo pagaré, no me importa cuanto sea. —Ágata observó a su guardaespaldas, tan alto y con aquella galantería a la hora de vestir, lo ancho que era de hombros y lo bien que llevaba esa ropa, no pudo evitar compararlo con su otro guardaespaldas que los trajes no le quedaban para nada bien y ni siquiera sabía llevarlos. —¿Algo más?
Klaus la miró y contestó;
—Si, despide a tu otro guardaespaldas.
La mujer arrugó su frente para luego mirarlo y preguntar nuevamente si había escuchado bien.
—¿Qué? ¿A Liam? —Él asintió. —¿Por qué?
Entonces, recordó el día anterior cuando se presentaron, ya que había estado todo el día ahí y observó desde la ventana como aquel tal Liam había acompañado a la señorita Conte hasta el coche y quien ni siquiera había preparado la salida para ver si todo estaba en orden.
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PROHIBIDA [+18] ✔️ (COMPLETA)
Детектив / ТриллерKlaus, uno de los guardaespaldas más requeridos, recibe una suculenta oferta de trabajo que podría jubilarlo a sus 36 años y vivir una vida más tranquila. Cuando la acepta, no se esperaba encontrar a una hermosa escritora y periodista amenazada de m...