N U E V E | G U A R D A E S P A L D A S 👠

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«Quería que abriera los ojos frente aquel hombre que decía amar

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«Quería que abriera los ojos frente aquel hombre que decía amar. Pero ambos sabíamos que eso no era así»

Klaus

Una pareja de guardaespaldas aparcó frente al edificio de la señorita Conte, en la cual habría una reunión previa antes de aquella gala de periodistas que tenía Ágata aquella misma noche.

Había pasado una semana después de la escena del ascensor, donde ambos protagonistas vivieron y sintieron ciertas cosas que eran complicadas de explicar. Y mientras la tensión del escolta y la escritora estaba a flor de piel, otra pareja parecía no llevarse nada bien.

Enzo observó a Wanda, la cual llevaba todo el viaje sin hablar con él. Y era extraño, ya que era una mujer habladora. Pero llevaba así desde aquella noche de fin de año, aunque aquel día era mucho más y el joven rubio lo notaba. Soltó el volante, se quitó el cinturón de seguridad y caminó rápidamente hacia Wanda, la cual ya se había bajado del coche.

—¿Vas a estar enfadada conmigo toda la vida? —preguntó él con una voz seria, como lo era él desde siempre.

Wanda, la cual llevaba el cabello recogido en una coleta alta, se giró para observarlo unos pocos segundos, para luego volver a su camino.

Enzo miró al cielo en busca de ayuda divina.

—Wanda, no seas cría.

La joven pelirroja apretó la mandíbula, lamió su labio inferior con cabreo y luego se giró con un rostro que asustaba a cualquiera que la viera.

Ella se acercó hacia él con paso decidido, haciendo resonar aquellos tacones gruesos que se solía poner para trabajar y dejó unos centímetros de distancia antes de comenzar a hablar;

—¿Cría por querer hablar las cosas y aclararlas? —Elevó la ceja antes de continuar—. Supongo que no tienes una buena definición de «cría» en tu diccionario. Yo que tu me actualizaría.

La risa de él no se hizo esperar, aquella risa amarga a la vez que algo burlesca que solía tener. Y no lo hacía para reírse de ella, pero esa era la sensación que daba, cosa que consiguió aumentar el enfado de ella por inmensos motivos. El primero de ellos, que él ignorara aquella noche como si no hubiese existido.

La calle no estaba vacía, por lo que los que caminaban tranquilamente por el lugar parisino observaban la discusión de pareja que ambos tenían en aquel instante. Porque eso era lo que realmente parecía; una discusión de pareja. Aunque en realidad no podían estar más lejos de la realidad.

Pero Enzo tenía algo que caía mal a las personas, su personalidad y aquella manera de tratar a los que realmente le importaban. Y aunque no lo hiciera queriendo, él mismo se percataba que no merecía cariño de nadie por aquella forma de ser tan desastrosa y fría.

PROHIBIDA [+18]  ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora