PROHIBIDA [+18] ✔️ (COMPLETA)

V E I N T I D Ó S | R E A L I D A D 👠

«Más le valen que no sea yo quien los encuentre, porque suplicaran que los mate»

Klaus

Klaus se encontraba dando vueltas por el lugar, esperando, desesperado, a que Ágata saliera de identificar a su hermano. No podía dejar de pensar en el peligro que corría y el miedo que tenía de perderla, de que alguien más le hiciera daño, pero cada vez estaban más cerca de ella. Y eso si le daba miedo.

Miró la puerta y escuchó unas voces que no se oían tan claras desde su posición.

Miró el reloj, cuando de pronto alguien tiró una bomba en aquel lugar, tirando a Klaus al suelo, golpeándose la cabeza contra el suelo y quedándose inconsciente unos segundos que parecieron eternos.

Trató de abrir los ojos y solo veía humareda. Algunas personas estaban gritando, pero él no podía escucharlas ya que tenía los oídos taponados por la bomba. Trató de visualizar la puerta por la que había entrado Ágata, ahora abierta de par en par y descubriendo que no había nadie allí dentro.

Intentaba levantarse, pero su cuerpo estaba debilitado.

Por el rabillo del ojo vio a su compañero moviendo la boca y parecía que gritaba muy fuerte, pero Klaus estaba aturdido, sin oír nada hasta que Black lo tomó de la camisa y lo movió, tratando de despertarlo del trance.

—¡Klaus! ¡Levántate, joder! ¡Se han llevado a Ágata!

Aquello lo había escuchado y, tan rápido como lo escuchó, comenzó a moverse, levantándose del suelo. Vio a su compañero con la camisa manchada de sangre y sacudió su cabeza para poder ver mejor.

—Ágata —susurró y miró el lugar vacío—. ¿Dónde se han ido?

Comenzó a caminar hacia dentro del lugar y no vio nada.

—No lo sé. Nos tiraron la bomba y solo vimos que un coche negro se marchó de aquí —contestó Black mientras que Enzo y Wanda llamaban a emergencias.

Klaus se quedó absorto, mirando el lugar y sin saber que decir o que hacer. No se esperaba para nada aquella emboscada, que le hicieran aquello y que, encima, se la llevaran. Solo deseó que Ágata aguantase hasta que la encontraran y que aquellos cabrones no la matasen. Apretó los puños con fuerza mientras pensaba en mil formas para asesinar a todas esas personas que estuviesen involucradas en el secuestro de Ágata.

—Hay que encontrarla —susurró y luego gritó. —¡Hay que ir tras ellos!

Él sacó su móvil y empezó a marcarla, pero estaba tan ciego que no sabía que no serviría de nada hacer aquello. Su desesperación se veía a lo lejos y Black lo notaba.

—Klaus, ya han desaparecido con ella. Lo único que nos queda es llamar a la policía.

Klaus ignoró las palabras de su compañero y vio el bolso de la joven tirado en el suelo, junto con el reloj digital que él le había dado para localizarla. Estaba hecho añicos en el suelo y Klaus observó el cadáver que estaba sin tapar con la sábana, en la cual, minutos antes, Ágata había mirado si era su hermano.