«Era feliz... Muy feliz»
Ágata.
7 años después;
Un hombre y una mujer se encontraban en la oscuridad de su cuarto haciendo el amor.
Un ex guardaespaldas sujetaba a su amada, pegando el cuerpo de ella en la pared mientras sus caderas se movían, entrando y saliendo de ella como ya acostumbraba.
Ambos estaban sudados, completamente desnudos y compartiendo besos en todas las zonas de su cuerpo.
Klaus, en un momento de pasión, dejó de besarla para observar a aquella joven rubia y siguió con su ritmo rápido, esperando verla de aquella manera que tanto le gustaba ver y que ya su mente sabía de memoria cada gesto de ella. Y 3 embestidas más, llegó al final, explotando en un orgasmo que se escuchó por todo el cuarto y Klaus la siguió poco después pegando su cabeza en el hueco del cuello de ella.
Ágata tenía los ojos cerrados, disfrutando de lo activo que seguía siendo su esposo tras los años y todo lo que disfrutaría de él en un futuro. Tomó el rostro de él y lo besó dulcemente en la mejilla del hombre que se enamoró hacía unos años.
El alemán, sujetando el cuerpo de Ágata, se fue a la cama que compartían y se sentó, mirando ahora a su esposa de una manera muy cariñosa, enamorado de ella. Sin una pizca de la manera de ser de él con ella.
Con los años había trabajado para no ser tan frío, aunque lo seguía siendo, al igual que su seriedad. Pero Ágata se ocupaba de hacerle sonreír y eso, para Klaus, era una de las mejores cosas de ella. Por no hablar de que siempre lo escuchaba y siempre estaba ahí para él, al igual que Klaus para ella.
Ambos aportaban mucho en su relación y trabajaban día a día.
La joven se retiró el cabello a un lado y sonrió con sutileza mientras veía como su marido estaba bastante agotado tras la sección de sexo que tuvieron esa noche.
Ágata observaba a su marido y no podía dejar de pensar en lo bien que se cuidaba a sus 43 años, con el pelo algo más canoso que la primera vez que lo vio, pero elegante y fuerte.
Ella, mirándolo divertida, con una sonrisa de oreja a oreja, veía como él la mirada de aquella manera y le preguntó;
—¿Qué ocurre? —preguntó divertida.
Klaus negó con la cabeza, acariciando las caderas de ella con sus largos dedos. Alargó una de sus manos y colocó su pulgar en los labios de ella, acariciándolos con delicadeza.
—Adoro tu rostro después de la magia que hacemos juntos.
La joven rubia mostró sus perfectos dientes y Klaus se fijó en como se hinchaban sus labios tras haberlos besado con tanta pasión. Y cuando él le iba a dar otro beso, Ágata se levantó de su regazo y caminó desnuda por aquella habitación de ambos.
Klaus observó a Ágata desnuda y yendo para el baño que tenían en su dormitorio. Estaba disfrutando de las vistas y nadie podía dudarlo.
Hasta que ella se giró y con aquella mirada, la cual cayó prendado desde el primer día Klaus, preguntó;
—¿Te vienes?
No le hizo falta contestar para levantarse rápidamente y seguirla hasta el cuarto de baño, donde seguirían haciendo magia juntos durante el resto de la noche.
***
Al día siguiente, ella se encontraba en la cama sola, abrazada a la almohada de su marido que olía completamente a él y un rayo de luz la fue despertando.
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PROHIBIDA [+18] ✔️ (COMPLETA)
Mystery / ThrillerKlaus, uno de los guardaespaldas más requeridos, recibe una suculenta oferta de trabajo que podría jubilarlo a sus 36 años y vivir una vida más tranquila. Cuando la acepta, no se esperaba encontrar a una hermosa escritora y periodista amenazada de m...