Capítulo dieciocho

3.1K 370 199
                                    

━━━━━━━━※━━━━━━━━

     Tadashi fue dado de alta del hospital una semana después del nacimiento de Tenshi. Ambos estaban bien y el Omega comenzaba a recuperarse muy bien gracias a los cuidados que su Alfa le daba.

     Ahora han pasado dos meses. El cabello de Tenshi es rubio, su blanquecina piel hace contraste con sus rosadas mejillas pecosas. La gente siempre hacía comentarios acerca de cuán bello es el bebé. Sus ojos aún van tomando color y por lo que Kei y Tadashi notan, el derecho es negro y el izquierdo es azul con pequeñas tonalidades verdes, igualmente claro. Tadashi no sabe si eso es bueno o malo, pero hacen ver a su bebé muy bonito.

     El Alfa de Kei ha estado muy sobreprotector estos días. Todo el tiempo se mantiene cerca de su familia, alerta de cualquier amenaza y a Tadashi le encantaba eso.

     —¡No me voy a volver un puto vegetariano! —El Omega grita, vestido en pijamas y caminando a la habitación para ver a Tenshi, quien había comenzado a llorar.

     —¡No estoy pidiéndote eso! —Kei dice de igual manera—. Sólo creo que debes comer más vegetales.

     —No me gustan —alza al bebé de la cuna, pegándoselo al pecho y arrullándolo.

     —A mí tampoco. Deberías comerlos, Yams. El doctor dijo que eran buenos para ti y Tenshi.

     —Tenshi no puede comer aún.

     Kei rueda los ojos.

     —Lo que quiero decir, es que todos tus putos nutrientes se los pasas al cachorro a través de la estúpida lactancia.

     —Ew, no digas eso.

     —¿Decir qué?

     —Lactancia. Suena muy ew.

     —Bien, no lo vuelvo a decir, pero prométeme que comerás más vegetales y menos dulces.

     —Me gustan los dulces.

     —Lo sé, Yams. Pero no es sano, ni siquiera para ti.

     —Está bien, lo haré—se sienta en la cama, alzando su camiseta para darle de comer a Tenshi.

     —Entonces iré a comprar cosas para el almuerzo —besa la cabeza de Tadashi y aprieta suavemente la mejilla del bebé—. No me extrañes.

     —No lo haré —el pecoso dice, riendo.

     Cuando cree que su bebé ha tenido suficiente, lo acomoda sobre su hombro, escuchando los quejidos bajitos de Tenshi, pidiendo más.

     —No seas así. Eres un gordo —palmea la espalda del bebé para hacerlo eructar—. Has tenido suficiente, amor —Tenshi suelta un gran aire y Tadashi ríe—. Ew, eres igual que tu padre.

     Vuelve a ponerlo en la posición original, entre sus brazos. En estos dos meses había aumentado bastante de peso y crecido unos 2 centímetros.

     —No crezcas muy rápido —le dice a su bebé, dejando un besito en su nariz y él sólo bosteza chupando uno de sus pequeños puños—. Vamos, Tenshi. Verás un poco de televisión conmigo.

     Tadashi siempre hablaba con su hijo cuando estaban solos, él creía que era bueno, para que así pudiera identificar su voz y reconocerla fácilmente.

     —¿Qué crees que debería ver? —Se sienta en el sillón, cuidando de no lastimarse a él ni a su pequeño bebé con algún movimiento brusco—. ¿Una película o un documental? —Pregunta, obteniendo únicamente un adorable estornudo de Tenshi—. Bien, película será.

Ven aquí, y ámame | TsukkiYamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora