El Quinto Tipo de Fuerza sin Contacto

Semana 9

57 días

Los últimos días de octubre trajeron una ola de frío. Todos empezaron a llevar suéteres bajo sus chaquetas escolares. Wei Ying llevaba un trozo de cuerda bajo la suya.

Encontró un lugar en la parte superior del muro este de la escuela donde se había soltado el alambre de púas. Durante el receso del almuerzo, tiró la cuerda, echó el lazo a la barra de refuerzo expuesta, y emprendió una rápida huida hacia arriba. Algunos de los otros chicos se quedaron boquiabiertos ante la audaz huida. A decir verdad, incluso él pensó que era un poco exagerado tener que escalar literalmente por encima de muros de hormigón y a través de alambres de púas solo para poder comer un plato decente de fideos.

La tienda de fideos estaba al otro lado de la calle. Era un verdadero agujero en la pared. Ni siquiera tenía nombre, sólo la gran olla humeante de la fachada indicaba que era un local.

Meng Yao pidió los fideos de arroz fritos. Nie Huaisang pidió los fideos con carne cocida. Wei Ying pidió el caliente y agrio. Estaba más caliente que agrio. Tenía pequeños trozos crujientes de carne de cerdo picada apilados sobre una sopa tan roja que hizo que a Wei Ying le lloraran los ojos la primera vez que la vio. Era perfecto para esta época del año. Se acurrucaron en las pequeñas sillas sobre las mesas improvisadas que apenas superaban la altura del pavimento. Dos bocados y ya estaban sudando la gota gorda.

"Lan Zhan se lo está perdiendo", dijo Wei Ying, entre mocos. Le goteaba la nariz y tenía la lengua entumecida.

"¿Por qué?" Preguntó Meng Yao.

Wei Ying hizo un gesto a su alrededor. "Porque no quería venir".

Meng Yao miró a Nie Huaisang, quien miró a Wei Ying y balbuceó. "¿Tú- tú le dijiste sobre esto?"

Wei Ying sorbió ruidosamente. "Sí."

"Eso es". Nie Huaisang parecía estar a punto de llorar. "Vamos a estar arrodillados hasta que terminen las clases."

"Lan Zhan es el presidente de la clase", explicó Meng Yao. "Está a cargo de mantenernos a todos en línea. Salir de la escuela a mitad del día va contra las reglas".

"Pero," Wei Ying miró su cuenco con el ceño fruncido, "fideos".

"No importa. Es su responsabilidad", dijo Meng Yao. "Se lo toma muy en serio".

"Te lo dije, ¿no?" Nie Huaisang dijo con voz vacilante. "Déjalo en paz."

"Aunque..." Meng Yao masticó las puntas de sus palillos, observando cuidadosamente a Wei Ying. "Me di cuenta de que últimamente había dejado pasar algunas cosas".

"No, no lo hizo", se burló Nie Huaisang. "Él no es como nosotros. Él piensa en línea recta. Las reglas son las reglas son las reglas. No puedes razonar con él".

"Yo sí puedo", dijo Wei Ying pensativo. "Somos amigos".

"Sigues diciendo eso," Nie Huaisang negó con la cabeza.

"Sigues sin creerme."

Lan Zhan había sido extrañamente tolerante con Wei Ying estos días.

Ayer fue a la habitación de Lan Zhan y le pidió prestado su teléfono. Lan Zhan dijo que si iba a mirar algo obsceno debería conseguir el suyo propio. Wei Ying prometió que no iba a mirar nada obsceno. Lan Zhan no le creyó. Así que Wei Ying trató de palparlo. "Sé cómo hacer esto. Acabo de estar en el aeropuerto. Extiende tus brazos".

Lan Zhan se negó, por lo que Wei Ying tuvo que abordarlo. Cayeron juntos de lado en el estrecho espacio entre la cama y el escritorio. Wei Ying acababa de conseguir meter la mano en el bolsillo del pantalón de Lan Zhan cuando Lan Qiren abrió la puerta.