Las frías gotas de lluvia caían por la ventana, el aire era fresco pero frío a la vez, una muchacha se encontraba en su cama, durmiendo plácidamente, mientras una tenue luz se aposaba en su cuello.
Entro a la habitación, mirando a aquella mujer en su cama, sonrio de lado y avanzo lentamente hacia la cama, la miro allí, tan inocente y fragil, sabía que ella era la mujer de su vida, sonrio para si mismo y salió de la habitación.
Bajo a la cocina y empezó a preparar algo.
Malena pov.
Estaba realmente cansada, por el trabajo de ayer por lo que decidí dormir temprano, sabía que tom llegaría tarde por lo que no decidí esperarlo esta vez.
El viento corrió en mis piernas haciendo que el frío se hiciese presente, tome las cobijas con mis pies y luego estire mí mano para taparme toda, todo esto aún con mis ojos cerrados ya que si los abría no podría dormir nuevamente.
Las horas habían pasado, ya que senti la luz que provenía de afuera, un olor a comida hizo que abriera mis ojos, me senté en la cama esperando despertar rápidamente, luego de unos minutos me levanté y me arregle un poco el cabello tomé mis sandalias y salí de la habitación.
Cada ves que bajaba el olor a hacia más fuerte y olía muy bien, camine hacia la cocina y vi lo más bello de este mundo, mí novio estaba ahí cocinando, usaba una bata de cocina encima de su traje.
—Buenos dias lindo—.
Hablé con una sonrisa y el se giró al verme.
—Buenos días amor—se acerco a mi—El desayuno era una sorpresa antes de irme a trabajar—sonrio y depósito un beso en mís labios.
—Eso lo debería hacer yo cariño, vienes tarde de tu trabajo es lo menos que puedo hacer por ti—.
—No, se que tu también estás cansada así que me toca a mí consentirte como tu lo haces conmigo—
Reí levemente.
—Bien bien—alze las manos en modo de rendición y me senté en la mesa viéndolo.
—¿Te gusta la vista?—.
Pregunto riendo.
—No me gusta, me encanta—respondi.
—Eso es bueno por qué la veras todos los dias—.
Lo mire confundida.
—¿A qué te refieres Tom?—.
Pregunte bajando de la mesa, el dejo las cosas en el otro lado de la mesa y me miró, y de un momento a otro estaba arrodillado frente a mí.
—Malena amor de mí vida, la dueña de mí corazón, ¿Quisieras que te cocine por todas las mañanas y pasar el resto de mí vida junto a mí?—.
Lleve mís manos a mí rostro, las lágrimas salieron, asenti y el se levantó y me coloco el anillo.
—Me alegraste el dia—dijo y beso mí frente—Uy si el desayuno.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Se separó de mí, tomo un plato, sirvió todo y luego puso el platillo frente a mí, se sentó y me miró sonriente.
