Capítulo 22

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~Días antes del rescate de Abel~

Las ardillas en aquel campo de flores eran unas descaradas. No dejaban comer a gusto, se acercaban a ti y comenzaban a parlotear con su molesto: chit chit chit 

+Tomen - Dabi lanzó un trozó del pan de su emparedado a la ardilla gorda y rojiza que tenía casi pegada a los pies. Yo tomé una foto de la regordeta y descarada.

-Mira - le dije enseñándole la pantalla del móvil -

+Ardilla descarada.

-Lo se, tan fácilmente obtuvo parte de tu emparedado.

+Es por que no dejaba de molestar. 

-¿Crees que si traemos a Lucifer, se comería a la pobre ardilla?

+Lo más probable es que se quede dormido en el auto, y solo baje para hacer del baño.

Me reí en voz alta luego de imaginarme a Dabi parando cada cinco minutos para que Lucifer haga sus necesidades. La ardilla se sobresaltó pero no huyó. Estábamos sentados sobre el poco césped que había, justo debajo del árbol de la otra vez. En este lugar no hay nadie que nos moleste, solo nos acompaña el agradable clima, las flores y el atardecer. Bueno, nadie salvo las ardillas. 

+Ven - Dabi dio palmadas en su regazó para que pusiera la cabeza, recostándome. Acariciaba mi cabello y lo ponía detrás de mi oreja - 

-No quiero perderte.

+No lo harás.

-¿Cómo estás muy seguro?, ¿cómo sabes que no?

+Porque desde el primer día en que me enamore de ti, desde el primer día que vi esos ojitos tristes que llevabas, juré que todos los días sin importar que, te haría feliz. Haría tus días más cálidos y alegres. Te protegería y me entregaría eternamente.

-Aún así, no quiero que te vallas nunca de mi Dabi.

+Ya te dije que nunca me iría de ti. ¿Sabes?, solía decir que, me gustaría morir antes de hacerme viejo. Pero, por ti me lo pensaría dos veces.

Una sonrisa inconscientemente se dibujó en mi cara, estamos de nuevo en estos momentos de amor, en donde solo los dos nos encerramos en nuestro mundo meloso.

+Tengamos una cita.

-Estamos en una.

+No, yo hablo de, una cita de verdad.

-¿Una cita de verdad? - me fui levantando poco a poco de su regazo -

+Si, ya sabes. Cena romántica y esas cosas...

-Tu...¿en verdad lo dices enserio?

+No he hablado más enserió en mi vida.

Me abalancé a el, lo abracé con fuerza, escondiendo mi cara en su pecho que subía y bajaba al compás de sus respiraciones.

-Dabi...

+Se que suena muy cliché, pero..

-No, no, no - lo interrumpí - es hermoso.

+Te mereces eso y más - dijo mientras acariciaba mi cabello - quiero darle lo mejor a mi persona.

Levanté mi cara para verlo a los ojos, me gustaba como es que nuestras respiraciones se combinaban haciendo una sola. Una linda y deliciosa respiración. 

-Te amo pirómano.

+Y yo a ti mocosa - revolvió mi cabello - será mejor que nos vallamos, la tía Martha llegará en cualquier momento.

Marry me - Dabi y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora