Capitulo 4: Aléjate

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Mi nombre es Sasuke Uchiha, odio muchas cosas, no me gusta nada en particular. Lo que tengo no es un sueño, porque voy a hacerlo realidad, voy a restablecer mi clan y a destruir a alguien en específico.

(. . .)

Desperté en una habitación oscura, lo primero que pude observar fue el techo, estaba más alejado de lo usual. Volteé la vista a la derecha, miré una mesa con una lámpara de aceite encendida, a su lado estaban unos papeles y varios frascos con pastillas dentro. En ese momento me di cuenta de lo grande que era la habitación, la cama era enorme, podrían caber tres o cuatro personas sin problemas, La pared que se encontraba a mi derecha tenía tres puertas, una era de carril, mientras que las otras dos eran dobles. No sabía a donde conllevaban, y no tenía ganas de averiguarlo, a decir verdad. Me levanté lentamente, me fijé más detenidamente en la cama donde estaba recostada, tenía unas seis u ocho almohadas y las sábanas eran bastantes suaves y frescas, la tela era especial, no era común entre los civiles ni entre los ninjas. Estaba usando una bata gris, algo grande para mí cuerpo. Me sonrojé de inmediato, no tenía puesta ropa debajo de esta.

-Por kami, esto es malo- susurré alarmada.

Me levanté de esa enorme cama y conduje mi mirada hacia la parte izquierda de la habitación. Observé unos pocos escalones, un área grande y finalizaba en unas cortinas gigantes. Caminé hasta estas, mientras subía el par de peldaños vi un escritorio muy amplio, no tenía nada además de una pluma, tinta, un bolígrafo con papel debajo de él, y dos libros al otro lado

El piso era de madera, estaba frío, sin embargo, no demasiado como para representar un problema, no pude distinguir el color de las paredes ni el del techo, en el momento en que subí los dos escalones noté como la bata se arrastraba a medida que yo caminaba. Después de subir esos pequeños peldaños caí en cuenta que en adelante el piso se hacía más ancho. Caminé recto, la luz de la pequeña lámpara no alcanzaba a cubrir en su totalidad la habitación, esa parte era el claro ejemplo de ello, no veía casi nada a excepción del piso.

Seguí recorriendo el lugar en línea recta hasta que me topé con una tela colgada, era grande y me di cuenta al tocarla lo gruesa que era esta. La seguí hacia un lado por medio de mi tacto, me pareció que no tenía fin el paño, hasta que sentí una pequeña apertura entre esta. Logré divisar la luz natural del sol, agrandé un poco el agujero por donde se filtraba el sutil Rayo de luz, solo lo suficiente para asomar levemente mi rostro. Mi ojo logró ver unas montañas, un cielo azul, varias nubes pasajeras y un par de casas a los pies de las montañas. Pero cuando me disponía a agrandar nuevamente el agujero por donde veía varias cosas escuché un ruido que me llamó la atención, haciendo que me girara para averiguar de qué se trataba.

El ruido provenía del lado opuesto de la habitación, afiné mi oído, eran pasos, pasos de una persona. Dirigí mi vista hacia el lugar de la habitación donde el sonido se intensificaba más aún. La tenue luz me ayudó a distinguir otra puerta aún más grande que las otras tres, no sé por qué no lo noté antes. Los pasos se escucharon más fuertes, me coloqué en posición de defensa, estaba muy confundida, no recordaba casi nada, solo caminé por instinto, ni sabía que estaba haciendo realmente. Acumulé chakra en mi puño, no tenía armas por ende debía ser recursiva.

Se abrió la puerta lentamente, era de dos puertas que se habrían a la par hacia el interior de la habitación. La luz emitida desde afuera se fue extendiendo a medida que la apertura de la puerta aumentaba, por el lado derecho de la entrada una sombra apareció, por estar en contra luz no distinguí de quien se trataba, pero la silueta era de una mujer.

- ¡Oh por kami!- dijo la chica exaltada- ¡No lo puedo creer!- cubrió con sus manos su respectiva boca.

-...- no respondí nada, no sabía quién era y no podía confiar en nadie en ese momento

Sasusaku: Un amor después de guerra. (PAUSADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora