Lobo [K.T.&J.H.]

T R A I C I Ó N [1]

T I E R R A   C A L I D A,
H O G A R   D E   R E P T I L E S

El padre que traicionó

Especialmente ese día, Hoseok sabía que no todo iba bien, algo malo y muy extraño estaba ocurriendo. Empezando porque su padre había salido desde temprano y sin avisarle, Jimin tampoco estaba en casa, lo cual era sumamente raro, al mismo tiempo todo estaba en absoluto silencio. Muy silencioso para ser una panadería y mucho más para ser un domingo.

El malestar en el estómago y garganta lo hicieron temblar ligeramente. A pesar de eso, intentó hacer las cosas diarias que le correspondían. Abrió la ventana de la cocina, los rayos del sol de inmediato tocaron su rostro e iluminaron la habitación entera. A lo lejos, cerca de la costa, podía observarse el castillo, y mucho más allá, un hermoso mar de agua cristalina que a simple vista lucía imponente.

El clima era algo de otro mundo, en Terrerium las mañanas y noches solían ser frescas, con aroma a agua salada y arena que resultaba familiar para todos; mientras que durante el día, se podía sentir el calor abrasante y la brisa húmeda en todo rincón del reino. Por ello no era de extrañar que quien viviera en la tierra cálida tuviera la tendencia a usar ropa ligera y un tanto reveladora, las prendas eran de colores claros y telas vaporosas para que en lugar de pesado, el calor se sintiera agradable. Otros habitantes más no eran tan cuidadosos con el sol, así que tambien tendían a ser de piel más bronceada.

Ese era el caso de Hoseok, quien a diferencia de su hermano Jimin, tenía la piel agradablemente besada por el sol. Sin embargo, si los observabas bien podías notar el leve parecido que tenían, el caso era que Jimin se parecía a su madre y Hoseok a su padre. De todos modos, eso no cambiaba el hecho de que fueran cercanos y de personalidades un tanto parecidas.

Solo un poco, en realidad.

Hoseok buscó la masa para empezar a darle forma a los panes que solían vender por las mañanas, su padre siempre solía dejarla lista para que Hoseok lo hiciera mientras él prendía el horno y Jimin acomodaba los canastos donde más tarde sería exhibida su mercancía. Pero no había masa, tampoco el horno estaba listo; fue en ese momento que Hoseok se preocupo en serio. ¿Y si les había pasado algo?. ¿Su madre ya lo sabria?. La vida como nodriza en el castillo era difícil, por lo que les contaba, pero dudaba que los chismes no llegaran hasta alla. Lo peor de todo, ¿Cómo es que él no sabía nada de nada?.

La noche anterior su madre había estado en casa por primera vez en un mes entero. Recordó que desde ese momento sus padres estaban muy raros pero no le tomó demasiada importancia. Su madre parecía nerviosa y su padre algo enojado, él y Jimin habían sido enviados a dormir más temprano de lo usual; claro que como hijos, no tenían palabra por sobre la de sus padres, no podían objetar absolutamente nada. No sólo con sus progenitores, el reino entero se dirigía bajo la misma ideología. Si el rey decía, el pueblo hacía. No había más por donde buscar.