F U E R Z A [16]

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"Quien no ha afrontado la adversidad, no conoce su propia fuerza".
-Benjamin Jonson.

Taehyung se encontró, sin caer en cuenta de ello, que estaba haciendo e incluyendo a Hoseok en todas sus actividades diarias

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Taehyung se encontró, sin caer en cuenta de ello, que estaba haciendo e incluyendo a Hoseok en todas sus actividades diarias. El joven Terrarience siempre tenía una buena opinión, un acertado comentario o un sincero consejo; pero más que nada, era una buena compañia. Era, en general, agradable tenerlo cerca.

Su humor rozaba lo encantador y burlesco la mayoria de las veces, era sarcástico y carismatico por naturaleza. Sus palabras nunca estaban de sobra cuando se trataba de retar y juguetear con el príncipe. Sumandole a eso, era nuy dedicado con todo lo que hacia, se esforzaba en aprender las leyes y costumbres de Nix, en leer libros enormes de logística y guerra, en escuchar las ocasionales lecciones de Namjoon y las de él. Hoseok era el concepto de perseverancia nata.

La salud de Hoseok también estaba muchísimo mejor, y de no ser por las ojeras debajo de sus ojos, Taehyung podría jurar que ahora estaba completamente recuperado de todos sus males. Entedía que el castaño no pudiera descansar bien, él tampoco podía hacerlo muchas veces, y sospechaba que sus causas no era muy diferentes. Todo se trataba de recuerdos.

Taehyung fue el segundo hijo de un matrimonio que floreció sin amor ya que fue totalmente arreglado al bien de una alianza entre la familia real y un lord de las montañas. Para alivio y suerte de todos, su primogénito habia resultado ser un niño, así que justo como la monarquía machista dictaba: el primer hijo varón nacido llegaría a convertirse en rey. Seokjin fue criado como tal, codeandose de la realeza de países vecinos, presentandose ante todos como alguien inteligente, culto y honrado de ser quien era y de venir de donde venía.

Él en cambio estuvo en la segunda fila, suerte o desgracia, no encontró la diferencia en tantos años de atropellada maduración. Taehyung no podía regocijarse de ser el heredero, por lo que su padre y madre siempre lo criaron con mano dura, no podía presumir de nacimiento, asi que tenía que trabajar y sufrir para convertirse en alguien de quien se pudiera estar orgulloso.

Recuerda perfectamente los días enteros que pasó leyendo, y leyendo, y estudiando; con sus maestros mirándolo decepcionados apesar de que estuviera dando su mejor esfuerzo, como si esas miradas despectivas pudieran llegar a ser alguna clase de aliento cuando en realidad eran todo lo contrario. Nunca fue suficiente, para nadie, pero menos para él. Siempre quiso más.

O también llega a pensar en esos días en que sus manos acababan con heridas horribles por sostener espadas y arcos que lo doblaban en estatura y peso, con las piernas atrofiadas, la ropa llena de lodo y la cara con uno que otro moretón. Solía sentarse en su habitación, completamente a solas, pues no quería que nadie lo viera así, mientras lavaba sus heridas con furia, odiando que su piel fuera tan delicada y su cuerpo tan débil.

Lobo [K.T.&J.H.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora