III

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Maya Reyes

Las últimas clases terminaron, estoy recargada en la pequeña pared que divide mi salón y el de Arlo para pagarle lo de ayer pero no sale, quizás ni vino a clases y yo aquí esperándolo.

—¿Buscas a alguien?—preguntó Arlo recargando su cuerpo en la pared igual que yo.

—Si a ti—respondo y saco el dinero de mi mochila—. Gracias por lo de ayer es el dinero que...

-¡Hey, hey no!-dice tomando mis manos.

—¡Oh por Dios!— dice mi yo interior en silencio ante su tacto, sus manos son cálidas y más grandes que las mías, mi corazón se acelera como loco y el hecho de que no las suelte me va a provocar un paro cardíaco.

—Pe... pe... pero tu... tu dijiste que te pagará hoy—mis nervios me ganan y tartamudeo un poco, él no esconde lo gracioso que fue y se ríe.

—Si pero no te dije que pagarías con dinero

—¿Entonces cómo?—pregunto y el quita sus manos de las mías dejando salir el calor que se había formado por la unión de ellas.

—No lo sé—responde tomando su mentón con su mano—. Después te digo.

Es lo último que dice y se marcha, me quedo allí viendolo irse y me doy media vuelta topandome con Jack quien solo me mira con desprecio. Es un chico apuesto pero su forma de ser es una total basura.

—¿Perdiste algo?—pregunta con la voz más fría mientras me mira despectivamente.

—No-respondo igual de fría y paso a su lado para ir a las escaleras.

Exhaló fuerte dejando salir los nervios que me provoca estar cerca de chicos como él, así es, no es la primera vez que un chico "bueno" intenta seducirme con basura barata, por tantos chicos a los que les he pegado en la entrepierna y rechazado ha salido mi reputación, la de chica difícil aunque algunos dicen que soy fácil por chismes de otras chicas que aseguran que me he acostado con más de media escuela ¡Apoyo de mujeres, claro que sí!

El día terminó así como los siguientes, busque empleo pero por mas que busque no encontré y toda está semana he estado cuidando a mi sobrino. Hoy sábado saldré a entrenamientos de la escuela para el campeonato de deportes.

—Ve con cuidado recuerda esforzarte pero no mucho—dice mi hermana estacionando su coche.

—De acuerdo—respondo bajando del auto y comienzo a caminar hacia el deportivo de la escuela.

—¡Vendre por ti!—grita asomándose por la ventana, le sonrió de lado con un poco de vergüenza y sigo mi camino me detengo al ver a algunos chicos en el pasillo—. Que momento más incómodo—paso enfrente de ellos mientras juego con la pulsera que llevo.

-¡Maya!-giro mi rostro para ver quién me habló y veo que Nolan se acerca a mi -. Has llegado más temprano de lo normal- dice caminando a mi lado.

—No tan temprano—respondo sonriendo—. ¿Saliste temprano del trabajo?

—Asi es pedí permiso todo este último año para salir más temprano por los entrenamientos—responde mirándome—. ¿Tu también saliste temprano?

—No, la vieja bruja me despidió—respondo alzando los hombros.

—¿La vieja bruja?—pregunta para comenzar a reírse—. Si que la odias.

—No la odio pero es una vieja bruja solo porque llegué dos días tarde me despidió lo peor es que nadie quiere contratarme por ser estudiante—alzo los hombros y doy un gran suspiro dejando ver mi frustración.

Hasta EnamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora