Ch-6

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Kaede y Marie caminaban a través del bosque sin saber bien a donde están yendo.

—¿Segura que lo encontraremos así? ¿Buscando por los alrededores? —pregunta Kaede.

—Solo hay que seguir caminando por aquí, de seguro damos con uno.

—Espero que sea así.

En ese momento escuchan que algo se acerca.

—Espera ¿oyes eso —dice Marie.

—Si... Los arbustos se están- —y antes de que terminara la oración es embestida por un gran jabalí con grandes colmillos y muy robusto que se la lleva arrastrando hasta una zona abierta.

—¡Kaede! —grita Marie y comienza a correr tras ellos.

Kaede se encontraba en el suelo y el jabalí mantenía la distancia con respecto a ella, esta se levanta del suelo lentamente mientras dice—. Ash... Eso duele —en ese momento aparece Marie que dice—. ¡¿Estas bien Kaede?

—Si lo estoy, parece que tenias razón, encontramos un jabalí.

—Eso parece —dice Marie mientras desenvaina su espada y se acerca al jabalí por detrás.

—Entonces ahora solo hay que abatirlo —dice Kaede mientras choca sus puños y se acerca al jabalí por el frente, este se quedo estático en el lugar mientras se acercaban y cuando se acercaron mucho el jabalí corrió rápidamente hacia el frente buscando de embestir nuevamente a Kaede—. ¡No me tomaras desprevenida! —el jabalí choca con Kaede y esta le toma por los colmillos empujándose mutuamente—. ¡Ahhh! —mientras le tenía tomado por los colmillos le da vuelta a su cabeza y a todo su cuerpo dejándolo boca arriba—. ¡Marie has algo!

—¡Bien! —Marie corre da un salto y cae con su espada clavándola por completo en el pecho del jabalí acabando así con él—. Ufff

—Ash... Me duelen los brazos.

—¿Estas bien?

—Si, solo es una pequeña molestia, se me pasara en un rato.

—Pues no fue tan complicado como pensé.

—¿Ahora solo hay que quitarle los colmillos?

—Si, los puedo cortar con mi espada.

—Estaría bien, así terminamos y podemos volver.

—Aunque no esperaba que apareciera tan repentinamente, parecía que huía de algo.

En ese momento se escuchan unas fuertes pisadas que se acercan hacia ellas rápidamente.

—¡¿Oye que es eso?1 —pregunta Kaede.

—¡No lo sé! —dice Marie mientras se pone en guardia mirando en la dirección en las que vienen las pisadas, entonces de entre los árboles aparece otra de esas criaturas grandes y verdes con una armadura de cuero y una gran masa de hierro con pinchos.

Se queda en ese lugar y dice—. ¿Dónde esta ese jabalí?... ¿Eh?... ¿Pero que tenemos aquí?

—¡Es un ogro! —dice Marie.

—¡Otra de esas cosas!

—Dos chicas que atraparon el jabalí para mí, si me las llevo junto al jabalí de seguro el rey me lo recompensara.

—¡La que te vas a llevar es esta! —Dice Kaede mientras le muestra el dedo medio.

—He escuchado que en estas tierras hay problemas con estas criaturas y un tal rey de los ogros, parecen ser ciertas.

—Me da igual lo que seas, vas a caer como tu amigo —dice Kaede mientras junta sus brazos cubriendo su rostro y se coloca en guardia.

—Pareces muy segura de ti misma, veamos si es eso cierto —y de forma espontanea el ogro se abalanza sobre ellas con su gran maza, pero ambas lo esquivan saltando hacia un lado, Kaede se acerca hacia el ogro para darle una patada, pero este le toma su pierna con su mano y dice—. Buen intento.

—¡No te olvides de mí! —dice Marie que cae desde arriba cortando la espalda del ogro haciendo que suelte a Kaede—. ¡¿Estas bien?!

—¡Si lo estoy!

—¡Bien entonces acabemos con esto!

—¡Malditas perras! —dice el ogro mientras se levanta del suelo.

—¡Kaede tu por la izquierdo y yo por la derecha!

—¡De acuerdo!

Ambas se acercaron por ambos lados y el ogro intento con su maza aplastar a Marie, pero esta lo esquivo y corto un poco su tobillo haciendo que caiga arrodillado—. ¡Maldición! —Kaede se acerco por la izquierda y con toda su fuerza golpeo la mandíbula del ogro sacándole algunos dientes y haciendo que callera al suelo—. Hijas de- —Kaede se acercó rápidamente y le dio una fuerte patada en la cara dejándolo fuera de combate.

—Amiga si que das unos buenos golpes.

—Si, pero el me tomo por mi pierna por un descuido... No, fue por ser muy confiada.

—Tal vez, pero aun así acabamos con él.

—Gracias a ti.

—No del todo, también hiciste tu parte, ahora ¿qué tal si tomamos esos colmillos y nos marchamos?

—Si, quiero cobrar el dinero para comer algo.

—Entonces andando.

Kaede Ishikawa (Aracciel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora