Franke Week

»Extra Dia 8: De Vacaciones«

La luz de la luna y el sonido del pacifico del mar en eran la buena combinación de una noche perfecta. Claro que lo sería aún más si hubieran llegado solo ellos dos.

Toda la familia Mulliner había salido de vacaciones en una ciudad cerca de la playa. Fue bastante claro que serían unas vacaciones agitadas debido a la extensa familia que eran, siendo 9 integrantes en total.

A pesar de ello, Jake —el segundo al mando de la familia— se encontraba feliz, luego de lo que tuvo que pasar para obtener lo que tenía, finalmente había encontrado su final feliz.

Sus hijos y su esposo eran lo más preciado que tenía junto con su madre y algunos amigos del equipo que en su tiempo de adolescencia había formado.

Los menores de los Mulliner se hallaban descansando en sus respectivas habitaciones que se incluían en el cuarto del hotel, mientras él junto con su esposo Frank se hallaban en la principal.

El mayor estaba durmiendo a su lado mientras lo abrazaba con cuidado de la cintura, Jake se terminó acurrucando aún más a él, sintiendo su calor y protección.

Quienes fueron testigos de su relación sabían perfectamente como fue que se conocieron y que no había sido precisamente de color rosa, en un comienzo hubo una rivalidad extraña entre ambos, pero conforme convivían más en el equipo o en otras actividades, aquel sentimiento llamado "amor" nació.

Eso termino en noviazgo para que luego se volviera en un matrimonio que finalizaría por materializarse en 7 pequeños niños muy parecidos a los dos.

—¿Sucede algo, conejito? —Bressler se sorprendió al notar como su pareja había despertado con rapidez—. ¿Por qué no puedes dormir?

—Estoy bien, lo digo en serio —Jake le sonrió, acercando su mano a la mejilla ajena para acariciarla.

—¿Seguro? Por qué no importa si son... —Frank se separó un poco de su menor para revisar la hora en el reloj de la mesita de noche—. Las 2 de la mañana, si necesitas algo puedo ir por ello.

—Ha, ha, ya te dije que estoy bien —el castaño rio con ternura, obteniendo un ligero rubor en sus mejillas.

A pesar de no tener la luz suficiente, Frank podía ver el rubor en las mejillas de su adorado esposo. Cuando lo vio por primera vez, siempre imaginó que Jake sería un estorbo para los planes que tenía en mente, que nunca llegaría a tener una buena relación con él.

Oh, pero que equivocado resulto estar después de años en donde el joven Bressler entro a su corazón y cabeza para cambiar las cosas.

—Eres tan jodidamente adorable, ¿ya te lo había dicho? —Mulliner le sonrió ladino, volviendo a abrazarlo de la cintura, acercándolo más a él.

—I-Idiota, no soy adorable, entiéndelo —Jake gruño entre dientes mientras se sonrojaba y desviaba la mirada—. Soy una persona seria, responsable y muy reservada —se excusó, alejándose de su pareja para sentarse en la cama.