»Dia 5: Inspirado en una Canción«

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A pesar de saber que estaba mal lo que hacía, que no iba traer nada bueno a su vida, Jacob insistía en permanecer a lado de uno de los criminales más buscados en el país

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A pesar de saber que estaba mal lo que hacía, que no iba traer nada bueno a su vida, Jacob insistía en permanecer a lado de uno de los criminales más buscados en el país.

Luego de una elegante fiesta en donde su exnovio volvió a tratarlo como algo despreciable, Bressler no resistió el seguir siendo "sumiso" y obedecer a todo lo que Aric le dijera, finalmente tomó su propia decisión de darse su lugar, teniendo como resultado el que Aric lo sacara de la fiesta solo para volver a hacerlo sentir menos y golpearlo. Jake intento nuevamente el defenderse, pero para su mala suerte, su ex era más alto y fuerte que él.

Como pudo, Jake salió del lugar ignorando el llamado de Aric, estaba bastante claro que no lo toleraría otra vez, camino por las calles de la ciudad a altas horas de la noche, arriesgándose a poder ser asaltado, pero realmente no sabía a donde ir, su madre lo había obligado a irse con Aric a vivir, todo porque necesitaban el dinero que el rubio podría ofrecerles. A pesar de las suplicas de su hijo, Connie no lo escucho y tomo la decisión por él, de nuevo.

Ya no tenía a donde ir, así que continúo caminando sin rumbo por las calles, teniendo la mala fortuna de encontrarse con gente que intento quitarle todo lo que tenía, pero... alguien llego a su salvación, pudo enfrentar a esos tipos y le pidió que fuera con él si deseaba a estar a salvo.

Jake por primera vez obedeció por su propia voluntad, el hombre era más alto que él, con el cabello castaño muy similar al suyo, además de vestir un traje que indicaba que podría ser un empresario importante, pero eso no solo era lo más destacable, la máscara de conejo que portaba el mayor era señal de que estaba metido en algo para nada bueno.

A Bressler poco le importo descubrir la verdad, estaba agradecido con aquel hombre por ayudarlo y dejar que fuera el mismo, Jake finalmente se había sentido cómodo siendo él.

En poco tiempo, el hombre llamado Frank le enseño a cómo usar un arma y defensa personal, si el menor se iba a quedar con él debía conocer lo básico para protegerse y no correr peligro alguno.

Con el paso de los días, Bressler se inclinaba por el mismo camino que Mulliner, a comparación de su antigua vida, estaba más conforme con lo que tenía en esos momentos, la adrenalina que sentía cada vez que asaltaba, amenazaba o incluso llegaba a disparar como advertencia, lo hacían sentir vivo y con poder de hacer lo que quisiera. Ya no tenía que obedecer a alguien, ya no tendría que seguir callado y solo acatar órdenes. Ahora podía ser él.

—¿Seguro que nunca habías intentado esto antes? —preguntó Frank mientras limpiaba su pistola con ayuda de un trapo—. Porque parece que realmente lo disfrutas.

—Nunca lo había hecho antes —admitió Jake, mirando cada movimiento de su mayor—. Yo fui criado para obedecer y cumplir órdenes, a no dar mi opinión ni hablar a menos que me lo pidieran —dijo con cierta tristeza, odiaba su antigua vida.

—Bueno, eso ha cambiado, ahora eres libre de decidir lo que quieras —comentó el mayor para luego colocar la pistola detrás de su pantalón—. Y como eres libre de decidir, te diré que me iré del país, tu elige si vienes conmigo o no.

—¿Quieres que vaya contigo? —Bressler le sonrió con cierto tono coqueto. No lo iba a negar, comenzó a tener sentimientos por su mayor desde que este lo salvo de esos otros criminales.

—Me gustaría, pero no voy a obligarte a irte si no quieres. Después de todo puede ser difícil para ti el te-

—¡Me iré! —exclamó Jake interrumpiendo a Frank—. No tengo nada que hacer en este país, además no tengo a donde ir, sabes el conflicto que tengo con mi madre y por nada del mundo regresare con ella.

—Bien, entonces mañana mismo nos vamos de aquí —espetó Frank caminando hacia la salida de la pequeña casa que habitaban—. Andando, hay trabajo que hacer.

Jake resulto ser masoquista, cualquiera que viera a un asesino realizando su cometido se traumaría o saldría corriendo por su vida, en cambio, Bressler no, cada vez que veía a Frank herir a alguien o apuntar su pistola para defenderse o defenderlo a él, era sumamente sexy de ver, la sangre esparcida de algún inocente o criminal manchando la ropa del mayor, solo lograba causar en él un sentimiento de deseo de todo tipo.

Pero esa última vez antes de irse del país, el encuentro que tuvo a su madre fue efímero y extraño.

El lugar en donde iban a robar, era el mismo en donde la madre del menor se hallaba trabajando. La mujer no lo podía creer, su único hijo al que educo para que nunca hiciera nada malo estaba enfrente suyo haciendo especialmente todo lo contrario a como ella lo quería.

—Pero él puede llegar a matarte —le dijo la mujer estando como rehén en caso de que algo saliera mal.

—Puede que él sea un asesino solo por diversión que no tiene conciencia, que sea un chico malo con un corazón contaminado. Pero mamá, estoy enamorado de un criminal. De ese criminal—. Le aclaró a su madre quién había comenzado a llorar mientras le hablaba—. Así que, mamá por favor no llores, estaré bien —le aseguró, sonriéndole por primera vez con cariño—. Dejando de lado todas las razones, no puedo negarlo, amo a ese chico.

La mujer ya no le dirigió la palabra, agacho la cabeza tratando de olvidar que su propio hijo le había dado la espalda, ¿tan mal había sido el hecho de educarlo para que fuera sumiso y obedeciera siempre las ordenes de los demás?, ¿eso había afectado a su querido hijo? La respuesta era demasiado obvia y estaba frente a sus ojos.

—¡Jake! ¡Hora de irnos! —Frank le gritó mientras se aseguraba de mantener segura la puerta principal para que los policías no entraran.

—Lo siento, madre, pero es mi decisión —el menor dijo mirando a su progenitora por última vez.

Bressler fue hacia Frank y ambos salieron por una puerta de emergencia, justo a tiempo antes de que fueran rodeados, la pareja de criminales había vuelto a hacer de las suyas saliendo victoriosos y libres de todo delito.

Esta vez, Jake no se contuvo y se lanzó hacia Frank para besarlo en los labios luego de que el mayor se quitara la máscara al llegar a casa, no podía seguir ocultando su amor más tiempo. Se llevo la grata sorpresa de ser correspondido, Mulliner en vez de alejarlo lo acerco más a él, acariciando su cintura y cadera.

Aprovecharon la ocasión de necesitar un baño para entregarse mutuamente en cuerpo y alma, Jake volvió a sentirse especial, querido, deseado, algo que solo podía sentir si estaba cerca de Frank.

Como era de esperarse, su relación estaba siendo mal vista, Aric se había encargado de dejar como "el villano" a Frank Mulliner, denigrándolo de que fue su culpa por la cual Jake lo había dejado. Todo para quedar como "el héroe" y tener a Bressler a su lado.

Los comentarios de la gente hacia la pareja eran deplorables, ellos querían mantenerlos separados, sobre todo querían que el menor de los dos se diera cuenta de la realidad, pero a Jake... a Jake no le importaba lo que dijeran de su actual pareja, no escuchaba esos comentarios. Frank estaba con él y era lo único que le importaba.

Puede que su amor por Mulliner fuera físico y no racional, pero no iba a negarlo más, lo amaba con todo su ser. Frank también lo hacía, lo protegía y cuidaba, asegurándose de complacerlo en todo lo que quisiera.

Si, se había enamorado de un criminal, pero él estaba bien con eso.






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Quise cambiar la canción, pero no encontre ninguna que me gustara y que combinara con el shipp.

Franke WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora