La melodía que hay en ti.

18-Dentro de la habitación 202 parte dos.

—¡¿Cómo se atreve ese desgraciado a coquetear con mi amor?!

Sara grita tan fuerte que temo que los vecinos pudieran escucharla, esa sí que sería una vergüenza.

—A mi no me molesta, hasta me intriga.

Su rostro gira cual muerta en película de miedo, pienso que se pudo haber roto el cuello y quedado muerta sobre la alfombra de mi apartamento por eso.

—¡No puedes engañarme!—Me recrimina con un dedo acusador, y yo no puedo hacer nada más que reír.

—No te estoy engañando, ¿Qué se supone que le responda?

—Toma papel y escribe lo que digo: "Hola, tú y tú estúpida carta pueden irse juntos a la mierda de los cerdos, atentamente Han...

—No voy a poner eso, me cae bien.

Nuevamente Sara protagoniza una escena de película de terror, abriendo los ojos tan grandes que casi son capaces de salirse de sus órbitas, o al menos eso es lo que parece.

—Ah no, ah no no. Ya he visto esta cara antes.

—¿Qué cara?—Digo fingiendo demencia, porque yo también he tenido esta sensación antes, y da miedo.

—¡Es tu cara de idiota enamorado!, y solo puedes estar enamorado de mi.

—No digas bobadas Sara, ni siquiera lo he visto, y apenas hablamos por estas cartas.

—Pero puedo sentir tu corazón latiendo desde aquí.

—Eres una pequeña mentirosa.

—Di lo que quieras, no somos mejores amigos por nada.