Que se lo cuente el Sol

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Duerme, corazón; ponte bello,

 echa las penas a caminar.

 Duele, lo sé; así se siente decir adiós

 a los puños y a la sangre

 que maquillaban tus mejillas.


No hay llamadas perdidas, gritos

 ni cerraduras impidiendo tu salida.

Ponte bello, corazón;

 sigue ese faro a la orilla del sol.

 Cuéntale de tus horas serenas,

 de ese viaje a las estrellas.


¿Y si tropiezas con el mar?

Que se lo cuente el sol,

 que le diga como sus aguas

 te sedujeron hasta hacerte mojar.


¿Y si te ahogas en soledad?

Que se lo cuente el sol,

 que le diga como moriste

 intentando nadar.

Diario de un PoetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora