El Almendro

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Arribó a mis límites más estrechos

amalinando mis sentidos

con su manifiesto esplendor.


A mi huerta un almendro arribó,

plantó su tronco

y de mis tierras se olvidó.


Tan solo fue un escape efímero

de lo que prometió no repetir:

llenar a sus hojas de oxígeno

y a un corazón más partir.


Diario de un PoetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora